El obispo de Chascomús, monseñor Carlos Humberto Malfa, presidió el 24 de septiembre la fiesta en honor de Nuestra Señora de la Merced, patrona de la diócesis y titular de la catedral local y las parroquias de General Lavalle y General Guido. “Como pueblo de Dios no podemos quedarnos paralizados frente a una lógica que enfrenta y divide”, aseguró, y agregó: “La Iglesia no puede ser parte del problema en enfrentamientos, rencores, visiones sesgadas y menos aún en la tentación de la violencia”.
El prelado afirmó que “la Iglesia está llamada a ser puerta de solución, espacio donde sea posible el respeto y el diálogo en la búsqueda incansable del bien común poniendo en el centro a los más pobres”.
“Como pueblo de Dios caminamos juntos con María, para desarrollar la ‘cultura del encuentro’ a la que nos llama constantemente el papa Francisco para la ‘construcción de un pueblo en paz, justicia y fraternidad’. Somos como el mismo Santo Padre nos pide desde el Evangelio los que tendemos puentes y no los que levantamos muros”, sostuvo.
Monseñor Malfa puso a la Virgen María como ejemplo de los que se ponen “siempre con libertad del lado del Bien” y animó a estar, como ella, junto a las cruces de hoy “con amor, con misericordia, con compasión, dejándonos herir por las heridas de los hermanos e inclinarnos para curarlas”.
Asimismo, llamó a luchar contra las causas de las esclavitudes modernas que plantea el pontífice: “Pobreza, subdesarrollo, exclusión, falta de educación y de trabajo; asumir el compromiso común de ayudarnos con mayor colaboración para superar esta desigualdad y discriminación y devolver a tantos hermanos y hermanas su libertad y dignidad”.
“María de la Merced, entregada al servicio de Dios y el prójimo, nos ayude a seguir a Jesús para conocer la verdad y vivir la libertad en el amor”, pidió, y concluyó: ¡Nuestra Señora de la Merced, ruega por nosotros!”.