A pocos días de dejar el gobierno, María Eugenia Vidal prepara una batería de designaciones.
En el seno de IOMA, la obra social del Estado bonaerense, existe un malestar creciente entre una parte de los gremios y del personal de carrera por lo que ven como una maniobra de Cambiemos de generar una avalancha de nombramientos sobre el cierre de su gestión. El expediente ya fue rechazado una vez por los vocales sindicales pero hay rumores de habrá intenciones de discutirlo otra vez.
El temor se renueva porque ahora sí la jugada sería posible por el apoyo de la representante de UPCN, Patricia Wilde. Por lo pronto, la propuesta no está incluida en la orden del día del jueves.
La dirección del IOMA está a cargo del presidente, Pablo Di Liscia, nombrado por el Poder Ejecutivo, una vicepresidenta representando a la oposición -la exsenadora Malena Baro- y cuatro vocales, dos de los cuales también responden al Gobierno.
Hasta hace poco ese plantel era conformado por Alejandro Rico Douglas y Pablo Juliano, ex presidente de la Juventud Radical, que asumió en enero de este año y renunció recientemente; Patricia Wilde, por UPCN, y Paula Espiño, por SUTEBA.
El directorio sufrió algunas modificaciones en las últimas horas. Primero renunció Pablo Juliano, el uno de los vocales por el Ejecutivo que tenía la UCR. Y ahora designaron a Sergio Giménez como vocal por el personal policial.
El objetivo de la gestión de María Eugenia Vidal es reemplazar a los directores generales (departamentales) y regionales (a cargo de las delegaciones del interior), muchos de ellos ingresados por concurso, por funcionarios macristas.
En la carpeta que figuran, por lo menos, cinco remociones de directores concursados por nombres del vidalismo. Es más, un asesor que pudo leer el documento aseguró que estaba redactado de una manera engañosa, para disimular los retoques.
Para eso necesita aprobar una que ya fue frenada en varias ocasiones por falta de consenso pero sería posible por un acuerdo UPCN y el oficialismo. Todas las miradas apuntan a Wilde, pero, hasta el momento, siempre ha actuado en coincidencia con Paula Espiño, la vocal por el personal docente que es SUTEBA.
Uno de los señalados para ser removido es Juan Valenza, Director de la Regional de Olavarría. El trascendido ya generó cierto revuelo y repudió entre el personal a su cargo, que resisten el enroque.
No es la primera vez que se sospecha de la existencia de un arreglo entre Vidal y el sindicato que conduce Carlos Quintana. Por ejemplo, una sugestiva reorganización del Ministerio de Gestión Cultural también está sospechada de encubrir el objetivo de favorecer a directores el PRO y de UPCN.
El tema de los recursos humanos del IOMA tiene capítulos escabrosos. Hay sospechas de que Vidal y Di Liscia multiplicaron por 8 la cantidad de contratados del Instituto, llevándola a unos 900 en la actualidad. Para eso haría uso y abuso de la partida 3.4.9 del Presupuesto, donde se consignan “gastos no especificados”.
Se trata, literalmente, de una caja sin control. La Ley de Presupuesto le asignó 2 millones de pesos, que fueron ampliados a 130 millones con el correr del año, pero que en los hechos lleva comprometidos gastos por 170 millones.