Con motivo de la celabración Navidad, los obispos argentinos enviaron mensajes y saludos al pueblo de Dios. En sus mensajes, se centraron en la imagen del pesebre y animaron a contemplar a Dios que se hace pequeño por nosotros. Por otra parte, destacaron la esperanza que trae la llegada de Jesús e instaron a comprometerse con los hermanos más necesitados.
Mons. Malfa: Valorar el verdadero humanismo del Niño Jesús
En su mensaje para la Navidad 2019, el obispo de Chascomús, monseñor Carlos Humberto Malfa, hizo mención a tres puntos fundamentales para celebrar el nacimiento del Salvador: la humildad de Belén, el verdadero humanismo de Jesús hecho niño y el valor de la vida del niño por nacer y de las mujeres.
En primer lugar, se refirió a “la humildad de Belén”. Allí el “Dios con nosotros”, “se nos acerca en la ternura de un niño, Dios es ese niño que se entrega cariñosamente a la humanidad. Ese niño nace para todos y es el Salvador”.
“El mensaje de la Navidad es este: ¡Dios nos ama! Navidad es la manifestación de ese amor de Dios en el nacimiento de Jesús que nos salva asumiendo nuestra humanidad: ¡somos amados por Dios!”. Así, la Navidad se traduce en “la amorosa iniciativa de Dios a la necesidad de salvación de la humanidad”.
Luego el prelado mencionó el “verdadero humanismo” que se manifiesta en Jesús hecho niño: “la inviolable dignidad de toda vida humana”. En este sentido, recordó a los niños por nacer, «los más indefensos e inocentes de todos”, y rogó que la Navidad “nos ayude a encontrarnos en la búsqueda del verdadero bien de la mujer y del derecho a la vida del concebido”, porque “el aborto siempre será una violencia más sobre la mujer y la muerte de un inocente”.
Monseñor Malfa afirmó: “Somos enviados para anunciar incansablemente y llenos de esperanza el Evangelio de la vida y a realizar juntos aquellos gestos fuertes para que la alegría de nacer, de vivir y de crecer se contagie a todos y, el amor y respeto por la dignidad de toda vida nos oriente para ser una sociedad verdaderamente humana”.
Finalmente, pidió imitar “la sencillez de los pastores” para encontrarnos con el Niño Jesús, con María y José y, “como los Magos de Oriente nos postremos y adoremos ofreciéndole los dones de nuestra fe y de nuestro amor y, del Portal de Belén nos levantemos glorificando y alabando a Dios”.