Desde 1977 se celebra el 2 de febrero la firma del Convenio de Ramsar (Irán), siendo el principal objetivo la conservación y el uso racional de los humedales mediante acciones locales, regionales, nacionales, y gracias a la cooperación internacional, como contribución al logro de un desarrollo sostenible en todo el mundo.
Las lagunas encadenadas del Río Salado (Provincia de Buenos Aires, Argentina) conforman un sistema de humedal de aproximadamente 800 km cuadrado, conteniendo siete cuerpos de agua: Vitel, Chascomús, Adela, Del Burro, Chis Chis, Tablilla y Barrancas.
Nuestra laguna es la de mayor superficie, también la de mayor actividad humana debido al turismo y a la población que la rodea, por ello es muy importante el cuidado, la protección y la conservación de esta maravilla que nos acompaña con innumerables servicios y beneficios diariamente sin que nos demos cuenta de ello.
La importancia de los humedales reside en que son ecosistemas con gran diversidad biológica, reguladores del ciclo del agua, ya que funcionan como una esponja (control de inundaciones y sequías), del clima y generadores de recursos hídricos para abastecimiento de agua dulce y como refugio de vida silvestre.
La Convención de Ramsar ha establecido un tema anual desde 1998 y para la edición de 2020 es «humedales y biodiversidad». Según la Convención “la diversidad cultural y biológica de los humedales representa una riqueza que nos sustenta física y psicológicamente. El patrimonio cultural de los humedales es resultado de la milenaria asociación de estos con las personas, una relación que ha aportado riqueza a la sociedad humana y que debe seguir haciéndolo para las generaciones futuras”.