Argentina se sigue despoblando”, dice la licenciada Mónica del Río, editora de Notivida, quien hace años se dedica al análisis de las estadísticas vitales del país suministradas regularmente por el Ministerio de Salud, algo que los políticos, más bien ocupados -o distraídos- en temas de coyuntura, no hacen.
El índice de natalidad más bajo se verificó en Capital, y el descenso más marcado, en Patagonia, que allá lejos y hace tiempo los estadistas querían poblar.
En 2018 -los datos oficiales se publican con un año de “delay”- hubo 685.394 nacimientos registrados en el país, lo que implica una caída de 2,7 por ciento respecto a 2017. Esto representa una tasa de natalidad (número de nacimientos por cada mil habitantes) de 15,4, que es, dice Del Río, “la más baja en las últimas décadas”.
“Ambos indicadores, número de nacimientos y tasa de natalidad, vienen bajando de modo sistemático en los últimos 5 años, desde 2014, cuando tuvimos una tasa de natalidad de 18,4 y 777.012 nacimientos”, agrega.
La cifra del 2018 nos retrotrae a las de la década del 80 y primeros años 90. Desde entonces, el número de nacimientos fue creciendo hasta el 2014, cuando se revirtió la tendencia.
Diez distritos tienen una tasa de natalidad inferior a la media nacional (15,4), siendo los de menor tasa la Ciudad de Buenos Aires, con 11,4, La Pampa -13,5- y San Luis -14,2-. Las otras provincias con tasas por debajo de la media son las de Buenos Aires, Córdoba, Chubut, La Rioja, Río Negro, Santa Cruz y Santa Fe.