Con todas las fronteras cerradas y el aeropuerto de Ezeiza paralizado, el Gobierno empezó a diagramar hoy un esquema tentativo del operativo de repatriación de unos 10.000 argentinos varados en el exterior que sólo se ejecutará después del 31 de marzo y con un menú de prioridades muy exigente.
A menos de 12 horas de que se emitiera el decreto presidencial que dispuso el cierre de fronteras, puertos, aeropuertos y pasos internacionales hasta el 31 de marzo, en el marco de las medidas que se vienen llevando adelante para mitigar los efectos del coronavirus, un comando interministerial liderado por el Ministerio del Interior empezó a diagramar el “operativo repatriación coordinado”.
Según explicaron a Infobae funcionarios del Gobierno, la decisión del presidente Alberto Fernández es que ese operativo de repatriación que empezará a funcionar “a cuentagotas” después del 31 de marzo se sujetará a un listado de personas con prioridades especiales. Esto es: embarazadas, personas mayores de 65 años, niños, enfermos crónicos y personas con una situación económica complicada.
“No habrá excepciones y seremos inflexibles porque aquí se pone en juego la vida de los 44 millones de argentinos ya que el ingreso masivo de personas que vienen de países en riesgo podría disparar la curva de contagios del virus”, dijo un funcionario del Ministerio del Interior.
Ni siquiera los pedidos del PRO y del ex presidente Mauricio Macri tendientes a reanudar los vuelos de argentinos varados en el exterior modificarán la rígida postura del Gobierno en este tema.
El aeropuerto de Ezeiza recibirá esta tarde los dos últimos vuelos programados de repatriación de Aerolíneas Argentinas tras el cierre de las fronteras dispuesto por el Gobierno. Son los vuelos que vienen de Miami y de Cancún (México). Pero ya no habrá más vuelos hasta el 31 de marzo.
Según informó la Casa Rosada, la decisión de suspender todo el operativo de repatriación se tomó en base a un informe elaborado por la Cancillería y los ministerios de Interior, de Transporte y de Salud que advierte sobre el riesgo que representa el ingreso de argentinos procedentes de países con alta circulación de COVID-19, ya que estos viajeros “tienen una alta posibilidad de portar el virus y convertirse en una fuente disparadora de la curva de contagios”.
El documento destaca que el objetivo principal del Gobierno es preservar la salud de sus 44 millones de habitantes y, al mismo tiempo, “organizar el regreso al país de quienes están en el exterior, sin que ello implique un riesgo a la estrategia sanitaria que se viene llevando adelante desde el inicio de la pandemia”.
(Fuente: Infobae)