Dominique Strauss-Khan mostró su apoyo a las políticas implementadas y afirmó que el país no tiene intención de caer en default
Al tiempo que se analizan las propuestas que los fondos de acreedores enviaron al ministro de Economía, Martín Guzmán, quien habló sobre la deuda argentina fue el extitular del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Khan, que mostró su apoyo a las políticas implementadas hasta el momento y afirmó que el país no tiene intención de caer en default.
«Me parece que Argentina tiene en sus manos las cartas que deberían permitirle renegociar su deuda en buenas condiciones. Tengo plena confianza en las autoridades del país para que puedan lograrlo», dijo Strauss-Kahn en una entrevista con el diario Perfil , según publica la agencia Télam .
Asimismo el funcionario, quien renunció al cargo en 2011 en medio de una denuncia de abuso sexual, aconsejó al gobierno argentino «que sea completamente transparente» ya que «la desconfianza (de ambos lados) nubló en gran medida las relaciones entre Argentina y el FMI en el pasado».
«Es normal que el país negocie paso a paso con el FMI, pero teniendo en cuenta que la institución está allí para ayudar, no para castigar, como se creyó con demasiada frecuencia en Argentina. El FMI es un médico. Lo llaman porque uno está enfermo, pero no interfiere con su negocio», dijo.
Tras ello indicó que las soluciones que se plantean » pueden ser amargas, como la mayoría de los tratamientos. A veces pueden parecer muy violentas, pero es porque el paciente está muy enfermo. Para tener éxito, ambas partes deben conocerse bien: el FMI debe conocer bien la realidad de la Argentina, y la Argentina debe saber cómo funciona el FMI».
Acerca de la crisis por el coronavirus, Strauss-Khan dijo que «el ingreso de una parte de la población se está desvaneciendo, el consumo considerado no esencial se pospone porque se hace imposible por el confinamiento». Y consultado sobre si la emisión de los bancos centrales del mundo podría generar inflación, indicó: «El riesgo existe. Pero, por un lado, es moderado, y por otro, un poco de inflación no nos hará daño».
«Esto debe decirse con precaución al hablar de la situación argentina. Una pequeña inflación es una inflación del 2% o 3%, no una inflación de dos dígitos. Finalmente, en cualquier situación hay que elegir el mal menor», agregó y destacó por último: «Hoy el mayor riesgo, más allá del riesgo para la salud, es ver colapsar parte de nuestro aparato productivo. Frente a eso, el riesgo inflacionario a nivel global es un mal menor». (La Nación)