Pobreza y contagios
El hacinamiento se mezcla con la inseguridad y la presencia del narco. Los intendentes y la ayuda de los curas villeros
La Subsecretaría Social de Tierras de Buenos Aires define a un barrio popular como aquel que cuenta con una población de «al menos» ocho familias agrupadas o contiguas y donde más de la mitad de sus habitantes no cuenta con títulos de propiedad del suelo ni acceso regular a dos (o más) de los denominados servicios básicos como agua, luz con medidor o cloacas.
Siete de cada diez villas de Buenos Aires están en el Conurbano: unas 1.149 de un total de 1.585. Allí viven medio millón de personas. Una de ellas, con poco más de 8.000 habitantes es Villa Azul, ubicada una parte en Quilmes y otra, más pequeña, en Avellaneda. Desde esta semana, por un pico de contagiados de coronovirus, el gobernador Axel Kicillof decidió cercar el barrio y confinar a sus habitantes.
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A 12 metros de Villa Azul (cruzando el pavimento del Acceso Sudeste), comienza uno de los asentamientos más grandes y antiguos de todo el GBA: Itatí. Allí viven unas 45.000 personas y, hasta este martes, sólo identificaron a siete vecinos con coronavirus. «Es una zona de altísimo riesgo. La poca cantidad de contagiados es una foto vieja, el virus ya está circulando y hay que ver con qué velocidad se expande», advirtió el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni. Desde Provincia admiten que «si en Itatí ocurre un pico de infectados como en Villa Azul, sería poco menos que incontrolable. Este asentamiento no se puede vallar ni confinar a sus habitantes. Es imposible».
No hay municipio en la Provincia con tanta marginalidad como en La Matanza: son 114 barrios carenciados y 220.000 personas. Una de las villas con más gente hacinada (y quizás la más peligrosa) es Puerta De Hierro, frente a la estación Villegas, del ferrocarril Belgrano Sur. En pocas manzanas hay unas 600 casas. En la propia Municipalidad comandada por el peronista Fernando Espinoza reconocen que todavía no entraron a realizar testeos masivos. «Es un asentamiento complicado. Con muchos pasillos que, por momentos, parece un laberinto. El negocio de la droga está instalada con pequeños ejércitos de pibes que hacen narcomenudeo. Acá la cuarentena casi no se cumple y no es tan fácil entrar a testear por una cuestión de inseguridad. Si se desata el coronavirus no creo que sea sencillo obligar a la gente a cumplir con el aislamiento», indican en la secretaría de Acción Social del municipio.
Desde el Ministerio de Acción Social de La Nación señalan que «lo más imperioso es realizar la prevención del coronavirus en los asentamientos donde vive mucha gente en predios no muy extensos. Es decir, hacinados». El ministro Daniel Arroyo resaltó que «en esas zonas carenciadas el desafío es lograr implementar un combo que contemple obras, sanidad y contención social. Se puso en marcha el plan Detectar en las villas, barrios y asentamientos, en los lugares donde hay más hacinamiento, donde desde Desarrollo Social venimos trabajando con ‘El Barrio cuida al Barrio’, todo una red para acompañar casa por casa, para ver qué necesidades hay en términos alimentarios, de ingresos y -además- hacer los testeos, los controles de temperatura».
San Martín es otro de los municipios del GBA con mayor cantidad de villas. A la hora de hablar de la pandemia, desde la Municipalidad señalan que si bien ya comenzaron a testear en varios lugares «con afortunadamente muy pocos contagiados», uno de los barrios precarios más complicados es Carcova, en José León Suárez, con 7.500 habitantes. «Hemos realizado en los últimos años varias obras de urbanización pero obvio que no alcanza», señaló el ministro de Planificación Gabriel Katopodis, intendente con licencia. «En ese barrio, como en varios otros, tenemos la invaluable ayuda del Padre Pepe. Lo mismo pasa con el Cura Tano en Puerta de Hierro, en la Matanza», agregaron en Acción Social.
Los asentamientos en Moreno ocupan 846 hectáreas. La zona que más preocupa a las autoridades locales es la ubicada en Moreno Sur, con 9.000 habitantes. En esta comuna del Oeste del GBA también comenzaron a hacer testeos pero por ahora muy pocos se realizaron en este asentamiento al que señalan como un posible foco de preocupación si el virus se disemina. En la misma región, pero en Morón, sobresale Carlos Gardel, cuya población creció mucho en los últimos años: se calcula que allí viven más de 10 mil personas.
on una extensión de 116 hectáreas, Campo Tongui, en Ingeniero Budge, es uno de los asentamientos más populosos del sur del Conurbano. A fines de 2008, miles de familias ocuparon el predio que era un gran baldío, a un costado del Camino Negro. Se lotearon alrededor de 3.100 terrenos. Allí estiman comenzar a testear masivamente desde la semana que viene. También en Lomas de Zamora ponen especial atención a lo que pueda ocurrir en Villa Fiorito, otro de las grandes zonas carenciadas. (Clarín – Por Mariano Roa)