Estos materiales son una parte fundamental en el proceso de compostaje domiciliario (restos de frutas y verduras, yerba, café, entre otros), por ello es aconsejable acopiar estos materiales (secos) para el aporte de estructura y carbono dentro de la compostera.
Las hojas caídas de los árboles y el pasto recién cortado que muchos vecinos embolsan, pueden utilizarse para hacer compost, con un impacto positivo en el ambiente.
Con el objetivo de regenerar los suelos de una manera simple y ecológica se sugiere, luego del corte de pasto, dejar el material cortado sobre el terreno para que se convierta en abono fértil tras unos pocos días de reposo.
Asimismo, las hojas secas de los árboles también pueden quedar sobre el suelo hasta que sedegraden completamente, tal como ocurre en los vastos parques y espacios públicos que tiene nuestra ciudad.
De esta manera, estamos reciclando los nutrientes que el césped consumió en su desarrollo y mejoramos paulatinamente la estructura y biodiversidad de nuestro suelo con múltiples beneficios ya que regenera el suelo.
Esta simple acción permite aprovechar un recurso natural y ahorrar el tiempo de rastrillado y embolsado; evitar la utilización de bolsas plásticos que tienen un costo y cumplen una función muy breve e innecesaria y reducir la generación de residuos en disposición final.
En el caso de no poder dejar sobre el terreno el pasto o las hojas, se recomienda juntarlo y colocarlo suelto en un sector determinado dentro del jardín o debajo de un árbol para obtener abono fértil luego de un corto período de tiempo.