Para cuando el Covid-19 lo permita
El radicalismo de la provincia de Buenos Aires, comienza poco a poco a preparar su agenda post pandemia; y la misma tiene que ver con algo que es “néctar de los dioses” para los consecuentes seguidores del centenario partido: la competencia interna.
La definición de las autoridades partidarias bonaerenses estaba originalmente prevista para el mes de julio, pero la aparición del Coronavirus trastocó todos los planes, y hasta el histórico amor por la interna del radicalismo, debió sucumbir ante el virus que golpea al mundo.
En principio, para ocupar la presidencia de la UCR provincial que hoy ostenta Daniel Salvador, aparecen dos nombres: Maximiliano Abad por un lado, y Gustavo Posse por el otro.
El primero es marplatense y actualmente preside el bloque de diputados bonaerenses de Juntos por el Cambio; el segundo es un histórico intendente de San Isidro, caracterizado por sus cambiantes posicionamientos políticos al cabo de los años.
La importancia de la elección de autoridades partidarias en la provincia de Buenos Aires, debe entenderse porque el distrito aporta setenta y dos convencionales al máximo órgano partidario nacional de la UCR. A quién respondan esos convencionales, será clave para cuando los radicales tengan que determinar el marco de alianzas pensando en las elecciones nacionales de 2023. Como se sabe, hay radicales que buscan afanosamente sostener al partido en su relación sumisa con el PRO; hay otros que quieren sostener Juntos por el Cambio pero con un rol más activo de la UCR dentro de esa alianza; están los que mantienen un vínculo cercano con el actual gobierno (del cual Ricardo Alfonsín es embajador en España) y por último están los radicales que sueñan con recuperar la olvidada Lista 3.
Días atrás, una importante cantidad de dirigentes de diverso peso manifestaron –solicitada mediante- su apoyo a la figura del diputado Maximiliano Abad. En ese texto se mostraron más de veinticinco intendentes bonaerenses, además de seis diputados nacionales y otro número importante de legisladores provinciales. Dicen en las esferas radicales, que una figura que podría acompañar a Abad en la eventual conducción partidaria es la hoy intendenta de General Arenales, Erica Revilla.
Por su lado, Gustavo Posse teje desde el norte del conurbano bonaerense, el apoyo de históricos dirigentes partidarios, como el platense Federico Storani o el avellanedense Juan Manuel Casella. Pujan por un mayor distanciamiento de la UCR del PRO, y cuestionan el alineamiento obediente del partido durante los últimos años, a los designios de la ex gobernadora María Eugenia Vidal, de quien Daniel Salvador fue su vicegobernador, así como también el propio Abad, de aceitado vínculo con la ex gobernadora.
La realidad, hoy, pasa en el país y la provincia por otros escenarios, que tienen que ver con la urgencia de la pandemia, el hambre, las secuelas de la cuarentena y la crisis social y económica creciente que golpea a millones de argentinos y bonaerenses. Sin embargo, los radicales hacen honor a su propia genética, y van preparando el escenario para lo que vendrá. Más temprano que tarde, volverán a ejercitar su propia democracia interna. Esa que tanto los apasiona.
(Zeta Noticias – Por Julio Giribaldi)