Desde hace cuatro meses, el ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, mantiene el temple en sus apariciones públicas para afrontar el problema del coronavirus, pero ya sabe cómo va a reaccionar cuando la pandemia esté controlada. «Lo primero que voy a hacer es dedicarme a llorar un rato», confesó.
En una entrevista realizada en TN, el titular de la cartera sanitaria dijo que será como «una descarga» emocional. Quirós aseguró, sin embargo, que todavía «quedan unas semanas para cuidarse». Y a tono con esto se refirió a la situación epidemiológica actual del distrito: «La curva es madura, probablemente se puedan mantener estos valores y después empezar a descender», aventuró.
Las reuniones sociales, el peligro mayor
Frente a esa situación, realizó una recomendación para quienes deseen ver a sus familiares, algo que ayer, en conferencia de prensa, había reconocido que se está dando con mayor frecuencia: «El que tenga una necesidad imperiosa de encontrarse, que salga a caminar: que se pongan a dos metros de distancia y caminen juntos a la noche», sostuvo.
Quirós explicó que durante las investigaciones epidemiológicas de casos positivos descubren familias o amigos que se reúnen en domicilios cerrados, lo que definió como «lo más riesgoso».
Consultado sobre la llegada de la primavera y por consiguiente de las temperaturas más altas, el ministro planteó la posibilidad de que «para septiembre hayan pasado varias fases» y se experimente una nueva normalidad. (La Nación)