El Municipio ha presentado y difundido la propuesta de un denominado Polo Ambiental Regional que se radicaría en el actual basurero de Chascomús con aportes de residuos de Ranchos, Lezama, Pila y Castelli, algo prohibido por ordenanzas vigentes.
Sin medir este impedimento y avanzando más allá de sus atribuciones el Ejecutivo Municipal ha gestionado apoyo económico y técnico en la Nación, que ha prometido que la iniciativa será ejecutada a través del Programa de Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos (GIRSU), que implementa la Secretaría de Control y Monitoreo Ambiental del Ministerio de Ambiente Nacional, con financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
La puesta en marcha del proyecto, que contempla los cierres de basurales a cielo abierto de los distritos involucrados, requerirá una suma de más de mil millones de pesos, que si bien tendrían financiamiento del BID a través del gobierno central, no está claro si será un aporte sin costo para Chascomús, o un préstamo a devolver que puede recaer en una contribución de mejoras a los vecinos. En este análisis no se debe olvidar la pretensión de la Comuna de cobro de las últimas calles pavimentadas, las veredas de Libres del Sur o remontándose a la década del 90 el crédito del ENHOSA que el municipio debía abonar en dólares a la Nación y que años después se hizo impagable.
Hechas estas consideraciones cabe preguntarse por qué se ha elegido un basural como el de Chascomús, prácticamente colmado y ubicado en zona suburbana que en pocos años será urbana y con más barrios, para la radicación del denominado Polo Ambiental, con todos los inconvenientes que el mismo generará.
Se podría pensar que fuera por ubicación, pero no es así. Chascomús está en uno de los extremos de la zona inicialmente elegida.
Se encuentra a 33 km de Ranchos, 38 km de Lezama, 70 km de Pila y 64 km de Castelli, en tanto por ejemplo que Lezama está 26 km de Castelli, 33 km de Pila y 69 km de Ranchos. O sea en una ubicación más equidistante.
Por lo tanto el lugar por el que se optó será más caro desde el punto de vista de los costos de transporte.
Queda flotando entonces la incógnita de qué lleva a las autoridades nacionales a inclinarse por Chascomús.
En su disertación, días atrás en el Teatro Brazzola, sobre el tema el Viceministro de Ambiente de la Nación, Sergio Federovisky, sostuvo que Chascomús genera 70 toneladas diarias de residuos, en tanto las otras localidades aportantes sumadas llegan a la mitad, dando esto por cierto serían 35 toneladas, o sea un total de 105 toneladas /día.
No obstante en otro momento de su alocución dijo que las instalaciones que se proyectan construir estarán preparadas para 500 toneladas diarias.
Cabe preguntarse entonces ¿de dónde llegarán las 395 toneladas restantes?, ¿se ampliará la región?, ¿Chascomús quedará finalmente equidistante y la zona se extenderá hacia el norte llegando al AMBA?
Muchas preguntas sin respuestas para tanto apuro.
A la comunidad se le debe dar información clara y precisa, ya que se la puede comprometer por décadas en una propuesta que puede fracasar dañando a la población.