Dirigentes sociales y sindicales admitieron estar frente al “fracaso” del modelo asistencialista para combatir la pobreza en la Argentina, por lo que llamaron a trabajar en “alternativas productivas” dentro de la economía informal, al hablar en un panel en la última jornada de la Semana Social de la Iglesia realizada en Mar del Plata.
Bajo la consignas “Argentina: la relación entre el trabajo y la pobreza” y “Contra la pobreza, más trabajo y menos limosna”, formaron parte del panel Graciela Camaño (diputada nacional), el estatal Hugo Godoy (secretario general de ATE), Gildo Onorato (CTEP), Daniel Menéndez (Barrios de Pie) y Fernando Maletti (Obispo de Merlo-Moreno y miembro de Cepas).
En sus exposiciones ante el foro, que concluyó ayer en Mar del Plata, la dirigencia coincidió en la necesidad de acabar con el “estigma” de la exclusión que sufren quienes reciben planes sociales ya que, además de no tener trabajo, son tildados de “vagos” por el resto de la población.
“Son tiempos de no callarnos, de decir lo que uno ve, con responsabilidad pero con firmeza. Lo que está en juego hoy es una nueva oleada de pobreza”, opinó Menéndez.
Para el dirigente de Barrios de Pie, desde hace décadas que el sistema los “estigmatiza” a través de los planes sociales porque ahora interpreta que les “quita el derecho a trabajar” y encima la sociedad dice que “son unos vagos que no quieren laburar”. “Nosotros pensamos que fracasó el asistencialismo, y que tenemos que trabajar en alternativas productivas en el mundo de la economía informal. Nos condenan no solo a perder ingresos sino también a perder dignidad, que es el ganar el pan con el fruto de nuestro esfuerzo y trabajo”, afirmó Menéndez.
Para lograr este cambio, llamó a “transformar planes sociales en verdaderas fuentes de ingresos y así poner en marcha una economía popular que el mercado no resuelve”
“No venimos acá a hablar mal del gobierno de turno. La pobreza no es una coyuntura, no es un tema de este gobierno o del anterior. Es un problema global”, aseguró la massista Camaño, para quien, frente a este panorama, “la democracia corre riesgo” ya que “no logra representar la oportunidad de trabajo de todos”. Al respecto, la diputada planteó al desempleo y al trabajo indecente como “problemas muy serios” a los que “ahora le sumamos el problema de la tecnología”. “Esto es un cóctel explosivo”, dijo.
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