Ahora, el Juzgado Federal de San Nicolás que ya había ordenado prohibir las fumigaciones a menos de tres mil metros, estudia la responsabilidad política por el daño en la salud de varios habitantes de Pergamino. Se tratan de dos funcionarios del área que debía controlar las pulverizaciones y que deja más que en aprietos al intendente Martínez.
La Justicia quiere saber cuál fue la responsabilidad política luego de que se confirmara a través de varios estudios, que el agua de Pergamino está contaminada con diferentes tipos de agroquímicos, potencialmente peligrosos para la vida humana.
Luego de que se imputara a un productor de la zona, ahora el Juzgado Federal de San Nicolás a cargo del juez Carlos Villafuerte Ruzzo pidió indagar a dos funcionarios del gobierno de Javier Martínez (Juntos por el Cambio), quienes se desempeñan en la Dirección de Ambiente Rural de la municipalidad, el área encargada del control de las fumigaciones.
Se trata Mario Tocalini y Guillermo Naranjo, jefe y subjefe de la Dirección que se encuentran en la mira de la Justicia, luego de que en abril de este año, una primera resolución le ordenara al gobierno local que suspenda provisoriamente las fumigaciones para determinar el grado de contaminación del agua.
Según se supo, en ese plazo las fumigaciones continuaron y por eso, el Juzgado Federal citó a los dos funcionarios para el 6 y 7 de noviembre, representando un hecho inédito en este tipo de causas, puesto que la responsabilidad política es uno de los eslabones en donde casi siempre, la justicia deja de investigar.
A su vez, dependiendo de qué surja en las indagatorias a Tocalini y Naranjo, el último lugar para investigar en el Juzgado de Villafuerte Ruzzo será el rol del intendente Martínez, quien con el último fallo quedó en un lugar, por lo menos, incómodo.
El pasado 3 de septiembre, y después de numerosos estudios que mostraron la contaminación del agua y la presencia de grandes dosis de diferentes agroquímicos, el Juzgado Federal de San Nicolás estableció que no se podrá fumigar a menos de mil metros en forma terrestre y a menos de tres mil, de forma aérea, respecto a la planta urbana. El dato clave fue la confirmación de que los fitosanitarios en sangre producen “daños genéticos”.
Un caso más que elocuente fue el de la querellante de la causa y referente de Madres de Barrios Fumigados, Sabrina Ortiz, quien junto a su esposo e hijos padecen de diferentes enfermedades a causa de la presencia de agroquímicos en sangre.
Según el estudio, el caso de su hijo de seis años es de 120 más partículas en sangre que soporta el organismo, su hija 100 veces más, y en su caso, 58 veces más.