Alberto Fernández acordó con Sergio Massa convocar a sesiones extraordinarias y aún evalúa enviar al Congreso la ley de aborto 

Esta semana se tratarán temas no conflictivos. Las prioridades del Presidente son el Presupuesto, la reforma tributaria, el Consejo Económico y Social y la movilidad jubilatoria

La tríada que componen Alberto FernándezSergio Massa Máximo Kirchner acordaron transitar estos días el camino de la moderación. La misma señal dio Horacio Rodríguez Larreta desde el PRO. Y jugaron las damas: Cristina Fernández de Kirchner presionó desde el Senado con un avance sobre la forma de elección del Procurador que dejó en manos de su leal Oscar Parrilli (este lunes iniciará en comisión el debate), mientras que Elisa Carrió, desde el llano, manifestó su apoyo a Daniel Rafecas como jefe de los fiscales, jubiló a Mauricio Macri y respaldó a un mismo tiempo al presidente Alberto Fernández (“mi presidente”, dijo) mientras ponía un límite a la Vice. Como cierre de la semana, honró al jefe de Gobierno porteño, como a su amiga María Eugenia Vidal, con una tarde y una torta de cumpleaños en Exaltación de la Cruz.

No es un cepo sino un corset lo que ajustaron desde ambos lados, para que por presión o por temor los integrantes de las fuerzas políticas mayoritarias se sienten a conversar una salida institucional que lleva el nombre del juez. De ese acuerdo depende también si avanza o no la reforma judicial que duerme en un cajón de la Cámara de Diputados. A menos de un mes del fin de las sesiones ordinarias el proyecto de “reordenamiento” no tiene agendada ni siquiera una reunión de comisión. Es evidente que en la Cámara baja no hay voluntad de apretar el acelerador y a esta altura no hay chances de que se termine el trámite este año. Hubo un pedido expreso a los diputados oficialistas que quedaron en modo “espera”.

Sí habrá sesiones extraordinarias. De eso hablaron en el almuerzo del martes 27 el Presidente y Massa después de homenajear a Néstor Kirchner en el CCK. Y delinearon parte de la agenda legislativa que tiene como prioridad el pliego de Rafecas en el Senado, la reforma tributaria, la creación del Consejo Económico y Social y la movilidad jubilatoria. Detrás estarán los temas conflictivos, porque mientras se tratan los de consenso en reuniones subterráneas se charla sobre acuerdos básicos y profundos. Si es el acuerdo que impulsó Alberto Fernández en campaña o el que propuso por carta su Vicepresidenta, no lo dirán. Pero está claro que la oposición no quiere hablar con ella y que también el ala dura del macrismo excluye por estos días a Carrió, que no tiene senadores que le respondan directamente. En un hecho inédito, extemporáneo y discriminatorio, el senador cordobés de Juntos por el Cambio Ernesto Martínez habló de “operaciones mediáticas de una señora gorda”. La líder de la Coalición Cívica le respondió con humor e ironía, pero justo sería que Victoria Donda desde el INADI saliera en su defensa, lo mismo que el pleno de los senadores. Tal vez Carrió lleve al senador de su partido a Tribunales como a José Mayans, jefe del bloque del Frente de Todos.

 

Después de la media sanción del Presupuesto y con el tema ya girado al Senado, donde se buscará la aprobación antes de que regresen los representantes del Fondo Monetario Internacional, a mitad de semana los diputados del Frente de Todos convocarán a una sesión con aliados. Juntos por el Cambio no daría quórum y por unos días el oficialismo no pedirá otro gesto después de la maratónica sesión del miércoles y jueves donde 90 radicales, macristas y ‘lilitos’ votaron por la abstención además de que gran parte del interbloque acompañó en particular unos cuantos artículos. La segunda semana de noviembre habría una sesión con temas acordados y tras esta ‘primavera’ el oficialismo promete retomar la agenda más caliente y conflictiva con movilidad jubilatoria.

La próxima semana además el Presidente podría enviar al Congreso el proyecto de Ley de Acuerdo Económico y Social y en 20 días la reforma tributaria. En la agenda no figura todavía el proyecto de ley de interrupción voluntaria del embarazo tantas veces preanunciado y prometido por el Poder Ejecutivo. Aunque tiene posición tomada, Sergio Massa prometió ecuanimidad para tratar la IVE, aunque ya postergó dos veces una reunión con integrantes de la campaña nacional y también con militantes de la posición contraria. “Las reuniones con las agrupaciones verde y celeste estaban agendadas para el miércoles y justo coincidió con el debate de Presupuesto. Cuando lo mande el Presidente, trataremos el proyecto de aborto”, contestó Massa el viernes en el marco de la presentación de la Escuela de Gobierno del Frente Renovador.

Según se oye en distintos despachos parlamentarios el Aporte Solidario y Extraordinario que alcanzaría a quienes declararon fortunas por más de $200 millones quedó más atrás en la agenda y atado al devenir de la reforma tributaria. Del lado del oficialismo aseguran que sus autores, Carlos Heller y Máximo Kirchner, no quieren que se superpongan ambos proyectos. La decisión causó desazón entre los más kirchneristas que se habían alegrado con su presentación y habían celebrado el dictamen con el que quedó habilitado para se tratado en el recinto. En el Senado hubiera tenido un trámite exprés pero en Diputados, donde intermedia Massa, se frenó a pesar de tener apoyo de algunas fuerzas provinciales. Se priorizó el avance sin contratiempos del Presupuesto 2021, aunque a último momento Kirchner desistió de defender la ley como jefe del bloque.

La oposición está convencida de que no fue la férrea postura de Juntos por el Cambio la que dilató el avance de la iniciativa sino el semáforo que se encendió en el Ministerio de Economía. Así lo dijo el radical Alejandro Cacace en declaraciones al canal IP, uno de los legisladores que estaría dispuesto a votar una reforma impositiva progresiva que aumente los gravámenes a las grandes fortunas y descomprima las castigadas billeteras de los sectores más desfavorecidos que hoy cargan con el IVA, por ejemplo.

 

La semana que arranca, después de los intercambios de cartas, declaraciones públicas y té cumpleañero en casa de Carrió, el oficialismo cree que se avecina una lucha por el voto de la clase media entre las alas más contemplativas a ambos lados de la grieta. Justo a cada lado hay dos amigos: Massa y Rodríguez Larreta. “Va a ser una lucha por el espacio central”, anticipa un importante dirigente.

En el medio, conversa con unos y otros el ministro del Interior, Eduardo ‘Wado’ de Pedro, otro leal a CFK y a Máximo Kirchner. El mercedino llamó a principio de la semana al jefe de Gobierno de la Ciudad y le aseguró que el cronograma electoral para 2021 sigue en marcha, desmintiendo así las versiones sobre la cancelación de las PASO. De todos modos, en el Gobierno cuentan que hubo menciones sobre el tema en el marco de la preocupación por la pandemia. Incluso en el Congreso hay varios proyectos, uno del mendocino José Luis Ramón que a veces juega su propio juego y otras avanza con un guiño del oficialismo.

Rodríguez Larreta le contó de esa charla al presidente de la UCR, Alfredo Cornejo, que es también diputado nacional y tiene aspiraciones presidencialistas. Las gestiones de De Pedro siempre son discretas, especialmente si tienen que ver con el sentido de la carta de la Vicepresidenta, el pliego del Procurador y la reforma judicial.

“Los acuerdos políticos existen y cuando sea necesario se van a comunicar. Lo que no tiene que suceder es que se busque un título y se anticipen acuerdos que no se cerraron todavía”, respondió cauta una alta fuente con amigos en todos los sectores. Lo que parece es que el teléfono que no sonó es el de Mauricio Macri. “Cuesta entender las motivaciones de la carta de la vicepresidenta dirigida al presidente y las versiones que sostuvieron que hubo acercamientos con gente de mi entorno. Quiero negar rotundamente esa información y cualquier acercamiento”, escribió Macri en las redes sociales después de haber dicho días atrás que si Alberto Fernández le mandó un mensaje durante su internación, ese mensaje, él no lo vio.(FUENTE:INFOBAE/ Por Analia Argento)