El precandidato a presidente por el Frente de Todos, Alberto Fernández, afirmó que un eventual mandato junto con la senadora Cristina Fernández de Kirchner como vicepresidenta «no va a ser un poder bicéfalo».
En esa línea, manifestó estar «seguro» de que su compañera de fórmula «nunca se va a poner contra» suyo aunque reconoció la necesidad de «ser mejores» de lo que fueron para «no caer en los errores» que se cayeron.
«Cristina es Cristina y yo soy yo. Los dos sabemos el rol qué nos toca cumplir. Si la gente nos da una oportunidad más, no la vamos a desaprovechar», dijo Fernández en una entrevista publicada hoy por La Nación, en la que reclamó la necesidad de «escribir otra historia» que no tenga «nada que ver» ni con su época ni con la de la ex presidenta.
En este marco, quien fuera jefe de Gabinete entre 2003 y 2008 cuestionó «el cepo», el «déficit fiscal», el «ocultamiento de la pobreza», «la investigación de la muerte de Nisman» y el «acuerdo con Irán» durante la gestión kirchnerista, y aseguró de cara al futuro que, sin dejar de negociar con el FMI, será necesario «dar incentivos para que la economía crezca», y también analizar «dónde se ajusta».
Reconoció asimismo que «las cuentas del Estado estaban desequilibradas», que «no se soporta más la presión tributaria» y que «se ha bajado el gasto de manera irresponsable en algunos casos».
En un eventual gobierno que lo tenga como presidente, adelantó que revisará la reforma previsional del 2017 que, según dijo, «empobreció a todos los jubilados», al igual que lo hará con las tarifas de servicios públicos que, si bien dejó claro que no daría marcha atrás con los aumentos, habría que «desdolarizarlas».
También aseguró que «en la medida que la pobreza siga, los planes hay que mantenerlos».
Consultado por el involucramiento de su compañera de fórmula en la adjudicación amañada de obras públicas al empresario Lázaro Baez dijo que se las dieron por tener “un diferencial” respecto al resto por ser “local” y contar allí con maquinaria y personal, entre otros elementos, y que eso no fue “delito” sino en todo caso un “descuido ético”.
Respecto del debate en torno a ex funcionarios presos, dijo: «Yo nunca hablé de presos políticos. Digo que hay detenciones arbitrarias. El preso político es alguien que no tiene una causa abierta, y acá todos tienen causa abierta. Lo que sí digo es que las detenciones arbitrarias recaen sobre opositores y eso le da un tufillo político».
Por último, negó una voluntad de avanzar con una nueva ley de medios, aunque marcó la necesidad de debatir sobre el funcionamiento de nuevos medios como el caso de Google y Facebook
«Para mí Clarín es un diario, El Trece es una canal de televisión. Que digan lo que les plazca, que sean felices diciéndolo, yo me tengo que ocupar tengo cosas más importantes que resolver», cerró. (LP)