El Presidente considera que hay un desafío a su autoridad política, que el alto tribunal está en crisis por sus internas palaciegas y que es necesaria una profunda reforma de su funcionamiento institucional
La tensión política y la ausencia de diálogo institucional entre el Presidente y la Corte Suprema alcanzó esta semana una inédita gravedad cuando el alto tribunal confirmó la condena de Milagro Sala por amenazar a dos policías apostados en una comisaría de San Salvador de Jujuy.
“Ese fallo contra Milagro, es un desafío a mí”, dijo Alberto Fernández en Olivos al conocer que la Corte había ratificado por unanimidad una condena de dos años contra la líder de la Tupac Amaru.
Una semana antes de la sentencia firmada por Carlos Rosenkrantz, Ricardo Lorenzetti, Horacio Rosatti, Elena Highton y Juan Carlos Maqueda, el Presidente había fijado su posición política respecto a la causa que aún estaba a consideración del alto tribunal.
-¿Considera que Milagro Sala es inocente?-, le preguntó el diario Página/12.
-Yo creo que hay un caso del lawfare por antonomasia y es el de Milagro Sala. Fue perseguida por la justicia jujeña. Con una finalidad política. Se construye un escenario judicial en torno a ella que le está haciendo padecer una detención absolutamente impropia-, contestó Alberto Fernández.
-Su caso está en La Corte…
-Sí. Y debería revisar con cuidado lo que ha pasado en el caso Milagro Sala, con cuidado y con atención.
Los cinco jueces de la Corte Suprema rechazan las imputaciones políticas de Alberto Fernández. El expediente de Sala vinculado a la comisaría de San Salvador de Jujuy prescribía este lunes, y la posición jurídica de Carlos Rosenkrantz, Horacio Rosatti, Ricardo Lorenzetti, Elena Highton de Nolasco y Juan Carlos Maqueda era conocida en el cuarto piso del Palacio de Tribunales.
Es decir: cuando el Presidente defendió a Sala en Página/12, los cinco miembros de la Corte ya habían analizado los fundamentos del fallo y sólo quedaba pendiente una reunión de acuerdo para ajustar el texto final de la primera condena firme contra la líder de la Tupac Amaru.
Al margen de la resolución puntual sobre la dirigente kirchnerista, Alberto Fernández tiene una mirada hipercrítica de la Corte Suprema cuando analiza su funcionamiento en la intimidad de Olivos. Considera que Rozenkrantz es un ermitaño que se encierra en su despacho, que Rosatti lo único que quiere es ser presidente del alto tribunal, que Lorenzetti pasa los días diciendo que la Corte no funciona porque fue desplazado de su titularidad, que Highton de Nolasco actúa sin rumbo y que Maqueda está en una cruzada contra Cristina Fernández de Kirchner.
“Cuando yo planteo que hay que revisar el funcionamiento de la Corte, no es una presión a la Corte. Lo que estoy diciendo es que la Corte está mal y está descalificada por la sociedad”, argumenta el jefe de Estado frente a su círculo más cercano.
Alberto Fernández no analiza una ampliación en la composición de la Corte Suprema. Estudia y subraya el informe de la comisión Beraldi y cavila respecto a qué pasos debería tomar para presentar un proyecto integral del Poder Judicial. “Respeto la autonomía de la Corte -asegura-, pero no avalo lo que están haciendo”.
La mirada crítica de Alberto Fernández sobre la Corte se extiende a ciertos jueces y camaristas de Comodoro Py. El Presidente tiene un informe que enumera las visitas de determinados miembros del Poder Judicial a la quinta de Olivos cuando Mauricio Macri era Presidente. Y con esa lista en su poder, el jefe de Estado no pasa un minuto del día sin cuestionar a ciertos fiscales y magistrados federales que investigan las causas abiertas contra CFK.
“Van contra Cristina, y buscan la impunidad de Macri. Son increíbles”, sostiene Alberto Fernández cuando analiza el trabajo institucional de Comodoro Py.
El Presidente está en pie de guerra contra la Corte Suprema. Considera que el fallo de Milagro Sala fue una advertencia política y no descarta una espiral bélica con el alto tribunal. Todavía no suenan los tambores en la Casa Rosada: ocurrirá si la Corte decide que la causa por espionaje en el gobierno de Macri quede bajo la jurisdicción de Comodoro Py. (Fuente: Infobae)