Mostró su fastidio por las actitudes del presidente del Tribunal y lo criticó en dos ocasiones. Por su actitud frente a la política de género y, fundamentalmente, por su activa participación en defensa de los jueces trasladados a dedo por el macrismo.
«¿Cuál es la disyuntiva que tiene el presidente de la Corte de con tanto ahínco impulsar esto? ¿Qué es lo que está buscando?», se preguntó el presidente Alberto Fernández respecto a la decisión de Carlos Rosenkrantz de convocar a un acuerdo extraordinario en el máximo tribunal para tratar los recursos presentados por los jueces Pablo Bertuzzi, Leopoldo Bruglia y Germán Castelli, quienes buscan impedir sus traslados. Para entender mejor las palabras de Fernández hay que saber que había llegado a sus oídos la información de un encuentro reservado entre Rosenkrantz y Mauricio Macri para decidir una estrategia para tratar de mantener en sus puestos a estos jueces movidos a dedo por el ex presidente. «Me llama mucho la atención por los comentarios que me llegan, por cosas que se ven dentro de la Corte, porque, la verdad, lo único que estamos haciendo es establecer un orden perdido por el gobierno anterior», expresó el Presidente en una entrevista que vino a complementar otras críticas al Tribunal por las demoras en la aplicación de la ley Micaela en el Poder Judicial. La Corte emitió luego un comunicado respondiendo sólo a este último punto.
En las dos intervenciones del Presidente, los cuestionamientos estuvieron dirigidos principalmente a Rosenkrantz, a quien en Gobierno ya ven actuando en sintonía con la estrategia del macrismo y de los medios afines. La noticia de un encuentro, que llegó hasta Olivos, terminó por confirmar la idea. «Yo quisiera reflexionar con la gente: ¿qué pasaría si yo hoy para el juzgado de (Claudio) Bonadio, que está vacante, buscara un juez federal que me cae simpático y lo pongo en ese lugar? ¿Y qué pasaría si para las cuatro vacantes que hay hoy en la Cámara Federal buscara a cuatro jueces que me caen simpáticos dentro de los Tribunales Orales Federales y los hago camaristas por un decreto? ¿Qué pasaría? ¿Qué diría la gente? Si fuera así sería un escándalo. Quiero decir que eso es lo que hicieron», afirmó el Presidente en diálogo con Radio 10. Se lo notaba fastidiado.
«Yo tengo solo una cosa en claro: que los que difieren en esto, son los que quieren seguir manipulando a los jueces que manipularon en el gobierno anterior», siguió, siempre apuntando explícita o implícitamente contra Rosenkrantz, a quien por primera vez tomó como blanco. En un zoom, el titular de la Corte anotició esta semana a los demás integrantes del tribunal del llamado a un acuerdo extraordinario para tratar el recurso presentado por el trío de magistrados desplazados. Es una atribución que le otorga el reglamento del Tribunal pero que muy rara vez se utiliza. Luego de esa comunicación, Rosenkrantz oficializó la convocatoria a través de un mail a cada integrante de la Corte y luego formuló declaraciones a Clarín y La Nación sobre su idea de que el tribunal debe ofrecer «certidumbre a la ciudadanía sobre el trámite que se impondrá a los planteos de los jueces involucrados».
Bertuzzi, Bruglia y Castelli fueron trasladados desde los juzgados donde ejercían sus funciones a puestos claves de la justicia federal por Macri. Luego de un pedido de revisión de esa medida irregular por parte del Consejo de la Magistratura, el Senado votó suspender sus traslados y devolverlos a sus juzgados de origen. «Cualquiera que ha estudiado derecho, aunque se haya recibido con un montón de 4, sabe que esto es un escándalo jurídico. Quiero aclarar que uno de esos jueces que es desplazado lo conozco desde que yo tenía 17 años», explicó Fernández, quien agregó que «si fuera un canalla» haría lo mismo que Macri y llenaría las vacantes creadas en la justicia federal con jueces amigos. «Estos tres jueces nunca fueron al Senado para que el Senado diga si está de acuerdo o no con que se los designe en esos cargos», remarcó, al hacer un repaso sobre el trámite que marca la ley para ocupar uno de estos puestos en la justicia federal y el que siguieron estos jueces, con las diferencias del caso.
En la misma dirección, el Presidente defendió el proyecto de reforma judicial que ya tiene media sanción en el Congreso. «La reforma de la justicia federal es algo que durante décadas vienen planteando todos los medios, y una vez que la propongo dicen es un mecanismo para lograr impunidad», afirmó. En los últimos días quedó en evidencia la estrategia discursiva que salió a poner en práctica el Gobierno, que busca poner sobre la mesa la disputa por el sentido que se da por un lado con la oposición más radicalizada pero, principalmente, con los medios que se plantaron en la vereda opositora. Un ejemplo: que la reforma judicial se hace para conseguir la impunidad de los ex funcionarios del kirchnerismo, algo que se repite día y noche en esos medios.
«Me pregunto dónde está eso, porque no hay un solo juez removido, no se le saca la causa a ningún juez, se ha respetado el principio de juez natural a rajatabla. Lo único que se crean son nuevos juzgados que tendrán que recibir nuevas causas en el futuro. ¿Me pueden decir de qué están hablando cuando dicen que es un sistema de impunidad? La explicación es que en verdad los que se quejan son los que siempre han manipulado los jueces y lo que sienten es que están perdiendo el poder de seguir manipulando», concluyó el Presidente. Un rato antes, Fernández participó de acto de presentación del programa Acompañar donde también mostró su enojo con la Corte y, en particular, con Rosenkrantz, en este caso por las demoras en la aplicación de la ley Micaela en el Poder Judicial. (Fuente: Página 12).