Alcohol cero al volante: la ley que no quería Guillermo Dietrich y que estuvo a punto de caerse

La ley de alcoholemia cero, que con matices fue aprobada por el Senado bonaerense, es sin duda el proyecto más taquillero de 2018 en una Legislatura sumergida en complejas reformas judiciales, más profundas pero menos comprensibles para el público en general. A pesar de su difusión, no obstante, salió mutilada y peor aún, estuvo a punto de naufragar.
A pesar de que ya lo había menguado bastante, recién el jueves a la mañana –se debatía a las 15:00- Cambiemos se decidió apoyar definitivamente el texto de Federico Susbielles, del FPV-PJ.
Un rol importante habría jugado la presión que estaban haciendo las agrupaciones de familiares de víctimas de accidentes de tránsito y de las oenegés de seguridad vial. Las entidades habían sido convocadas por el kirchnerista para robustecer su posición.
Para los observadores externos, la propuesta votada es insuficiente, ya que sólo se aplica para los menores de 21 años y para los principiantes por dos años
Para los que participaron desde adentro, había motivos para festejar: se enfrentaron a la mayoría automática del oficialismo, al ministro de Transporte de la Nación, Guillermo Dietrich, y los especialistas de la Agencia Nacional de Seguridad Vial.
El inicio de la historia es conocida, Susbielles arrancó con un proyecto de tolerancia cero al volante para todas y todas pero luego fue cediendo al darse cuenta que la negativa del macrismo era rotunda. Sobre la férrea posición de la bancada amarilla hay tres versiones.
La primera ubica detrás de todo a Dietrich, quien habría dicho que “era impracticable” y de “costosa” aplicación. “Había acuerdo pero Dietrich mandó a bajar todo”, dijo Pedro Perrota, titular de la ONG Corazones Azules en diálogo con FM CIELO 103.5 este martes.

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