La decisión se tomó como precaución ante los casos de trombosis detectados en el continente europeo, a la espera de una decisión de los reguladores regionales
Alemania detuvo este lunes el uso de la vacuna contra el coronavirus de AstraZeneca después de reportes de incidentes de coagulación sanguínea en Europa y afirmó que es necesario examinarlos más de cerca.
“Después de nuevos informes de trombosis cerebral en relación con la vacunación en Alemania y Europa, el PEI considera necesarias más investigaciones”, dijo el Ministerio de Salud alemán, en referencia a una recomendación de la autoridad de vacunas del país, el Instituto Paul Ehrlich.
“La Agencia Europea de Medicamentos EMA decidirá si los nuevos hallazgos afectarán la aprobación de la vacuna y cómo lo harán”, agregó.
Este martes, las autoridades noruegas comunicaron el fallecimiento de una trabajadora sanitaria hospitalizada hace dos días con trombosis después de haber recibido la primera dosis de la vacuna de AstraZeneca.
Se trata de una mujer menor de 50 años, sin dolencias previas, que había sido vacunada una semana antes y que presentaba un cuadro clínico “inusual”, al igual que otros dos trabajadores sanitarios, todos ingresados el pasado fin de semana en el Hospital Universitario de Oslo. “Presentan una combinación muy rara de baja cantidad de plaquetas, trombos en vasos sanguíneos pequeños y grandes y hemorragias. Otros casos con síntomas parecidos han aparecido en varios países europeos”, dijo en una rueda de prensa Steinar Madsen, el director de la Agencia del Medicamento noruega.
Las autoridades sanitarias noruegas investigan ahora si hay una relación directa entre la vacuna y los tres casos, que según explicó Madsen muestran rasgos comunes.
Noruega suspendió temporalmente el pasado jueves de forma preventiva la aplicación de esa vacuna horas después de que lo hiciera Dinamarca, que registró una muerte en una mujer de 60 años.
A esa decisión se sumaron posteriormente Islandia, Irlanda, Bulgaria y Países Bajos, mientras que otros países, como Austria, Estonia, Letonia, Lituania y Luxemburgo, habían retirado días antes un lote en concreto de la vacuna al detectar casos de trombosis.
La EMA recomendó la semana pasada seguir administrando la vacuna al considerar que “los beneficios de la vacuna siguen superando sus riesgos”. Aunque la investigación sigue en marcha, el comité de seguridad (PRAC) de la EMA concluyó que, de momento, “no hay indicios de que la vacunación haya causado estas afecciones, que no se enumeran como efectos secundarios de esta vacuna”.
AstraZeneca ha informado que un análisis de sus datos de seguridad que cubren los casos reportados de más de 17 millones de dosis de vacunas administradas no mostró evidencia de un mayor riesgo de embolia pulmonar, trombosis venosa profunda o trombocitopenia, con niveles bajos de plaquetas.
“De hecho, el número informado de este tipo de eventos para la vacuna COVID-19 AstraZeneca no es mayor que el número que habría ocurrido de forma natural en la población no vacunada”, declaró una portavoz de la compañía. Tales tendencias o patrones tampoco se observaron durante los ensayos clínicos de la vacuna, agregó.
(Con información de AFP y EFE)