Ciudad del Vaticano
El sacerdote argentino designado por el papa Francisco para integrar la Comisión Vaticana de Respuesta al Coronavirus reveló que estudian propuestas para la reducción de la deuda a los países pobres
El sacerdote argentino designado por el papa Francisco para integrar la Comisión Vaticana de Respuesta al Coronavirus asegura que la actual pandemia trae «una oportunidad para construir una sociedad más inclusiva, pacífica y sostenible», y reveló que estudian propuestas para la reducción de la deuda a los países pobres y para la creación de un salario universal para afrontar las consecuencias de la crisis sanitaria.
«Estamos trabajando a contra reloj en el estudio y elaboración de propuestas concretas para ayudar a mitigar las consecuencias más urgentes de la pandemia y a configurar el post-Covid, un futuro que se inicia ahora y estará condicionado por las decisiones que tomemos hoy», planteó Zampini, un religioso de 50 años, sobre las primeras semanas de trabajo de la comisión creada por el papa Francisco luego del inicio del brote de coronavirus.
En diálogo con Télam, el sacerdote argentino señaló que la intención de la comisión que dirige el cardenal ghanés Peter Turkson, que está al frente del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, es «responder, desde nuestra fe y tradición social a la pandemia, y también para anticipar las consecuencia socio-económicas y político-culturales».
«Queremos ayudar a todos los que toman decisiones, para poder juntos construir un mundo más sano, con gente sana, instituciones sanas y un planeta sano» que oficia como secretario adjunto del Dicasterio creado por el Papa en 2017 y considerado el «ministerio social» de la Iglesia.
Zampini considera que si bien «la pandemia es terrible» también «trae consigo una oportunidad para construir una sociedad más inclusiva, pacífica y sostenible».
Por ellos, buena parte de la atención de los cinco grupos de trabajo de la comisión, en interconexión con otros departamentos de la Curia, está puesta en las consecuencias económicas de la crisis que «actualmente está trabajando sobre la temática del trabajo, analizándolo desde diversos ángulos».
«Partimos de quiénes son los grupos más vulnerables y afectados por la crisis del coronavirus, y entonces estudiamos qué herramientas, en materia financiera y provisión de servicios, por ejemplo, se pueden poner a su disposición para superar la pandemia» sostiene y resalta especialmente «la reducción o condonación de deudas o algún mecanismo de salario básico universal».
En abril, en su mensaje de Pascuas, el papa Francisco ya había anticipado su apoyo a este tipo de iniciativas que avance en una reducción o condonación de deudas a los países más pobres y, un mes antes, en ocasión de una carta dedicada a los movimientos Populares del mundos, había expresado su visto bueno para abrir la discusión para la creación de un salario universal, ahora reforzada por la crisis sanitaria global.
Las cuestiones económicas
Más allá de esto, Zampini aclara que «el grupo de trabajo sobre economía también avanza sobre el problemas sistémicos de la economía actual, como la desigualdad, o una economía basada en valoraciones financieras alejadas de valores sociales, una economía que fomenta un crecimiento irresponsablemente dañino para el medio ambiente, hipotecando el futuro de todos».
Las consideraciones de Zampini sobre las problemáticas económicas tienen el peso específico de quien provienen: el sacerdote representó en varias oportunidades al Vaticano en el Foro de Davos, la reunión anual de las principales potencias económicas donde ha llevado la voz del Sumo Pontífice.
«La recuperación de la pandemia debe incluir la generación de empleo, por supuesto, pero es tiempo que sea un tipo de empleo que sea generador de vida, de vida digna para quienes trabajan, de vida sana para el resto y para la creación» advierte sobre el día después de la crisis global.
«Se puede, nada de dejarnos vencer por la tentación de creer que esto es utópico. Estudios científicos, económicos, y socio-políticos demuestran que se puede», agregó.
«Hay además iniciativas concretas. Sólo se requiere juntar fuerzas para despertarnos de esta pesadilla del coronavirus y poner todas nuestras fuerzas en un nuevo mundo más justo, solidario y sostenible», convocó Zampini.
Según el sacerdote nacido en Buenos Aires, «indudablemente la pandemia cambiará el orden y el sistema mundial».
«Nuestra tarea es intentar que sea para mejor. Antes del estallido de la crisis, ya se advertía un escenario mundial complejo, contrario al multilateralismo y favorable a los nacionalismos, más muros y menos puentes; el riesgo es que éstos se agudicen», convocó en esa dirección.
«Es tiempo de más acción y menos discusión; es tiempo de iniciar esta década de cambio sistémico y radical, para el bien de la humanidad y de las generaciones que nos siguen», concluyó.