Axel Kicillof llegó al Polideportivo Delfo Cabrera, de Avellaneda, a las 16:05. Hasta ese amplio salón también llegaron la gran mayoría de los candidatos a intendentes de la provincia de Buenos Aires y un puñado de legisladores nacionales que suele acompañar las actividades del peronismo en el territorio bonaerense. Estuvieron los principales intendentes del conurbano y la mayoría de los que gobiernan en los municipios del interior.
«Lo que pasó fue un amistoso. El partido por los puntos hay que jugarlo en octubre. No hay que aflojar», dijo el economista frente a un auditorio en el que se palpaba la tranquilidad de una elección que parece estar resuelta. Kicillof no quiere subestimar el segundo tramo de la campaña y les pidió a los jefes comunales que tampoco lo hagan. Las elecciones terminan en la noche del 27 de octubre.
Kicillof destacó la diferencia de 18 puntos lograda en la provincia y los buenos resultados que la mayoría de los intendentes obtuvieron en sus distritos. Destacó el trabajo mancomunado del peronismo bonaerense y contrapuso la forma de hacer política del oficialismo con el estilo que ellos aplicaron a lo largo del primer tramo de campaña.
«Pensaban que una elección se ganaba en forma virtual. Que no era necesario caminar las calles ni tener contacto con la gente. Creían que un montaje era más importante que escuchar a las mujeres, a los abuelos y a los trabajadores de la provincia», aseguró, desde la punta de una extensa mesa montada para el primer encuentro de intendentes después de las PASO. Los aplausos llegaron en forma inmediata.
Mensaje simple y conciso. Kicillof transmitió su idea de lo que se debe hacer en el camino hacia octubre. Les planteó a los intendentes la importancia de no entrar en un enfrentamiento con el oficialismo, ni intercambiar chicanas. Está convencido de que el gobierno provincial lo ha querido llevar al terreno de la disputa porque con las acusaciones cruzadas saca mayor rédito. Por eso pretende que nadie caiga en lo que considera una trampa de Juntos por el Cambio.
Hizo hincapié en que las críticas deben ir dirigidas a la gestión bonaerense y no a María Eugenia Vidal. No quiere que haya un ataque personal contra la gobernadora. «Nos votaron porque somos sinceros y porque pensábamos de otra forma diferente. No respondamos provocaciones. No agredimos a nadie. Sigamos así», les advirtió el ex ministro K.
El equipo de trabajo del candidato peronista le terminó de preparar esta mañana un documento con datos específicos de lo que dejaron las elecciones primarias. En base a ese repaso de la elección, se enteró que hubo poco corte de boleta entre los candidatos nacionales, los provinciales y los municipales. La mayoría de la gente decidió poner la boleta completa adentro de la urna.