El desplazamiento del jefe de la CPR local volvió a mostrar el vacío de un plan de seguridad en el partido y la presencia cada vez más fuerte, del narcomenudeo. Especialistas advierten que “en Ayacucho hay una sintomática abulia que no coincide con las gestiones del Ejecutivo Provincial”.
Ayacucho sigue estando en la mira del gobierno de la provincia: las constantes intervenciones por parte del ministerio de Seguridad bonaerense exponen la ausencia de un plan de seguridad.
El desplazamiento del jefe de la Patrulla Rural (CPR) en Ayacucho acusado de “impericias” luego de que la Comisión Provincial por la Memoria presentara una denuncia por “maltratos” a menores de edad, confirmó las fallas internas y el monitoreo del gobierno de María Eugenia Vidal.
Por fuera de este hecho puntual, los problemas centrales en materia de seguridad de Ayacucho pasan por la existencia de un conflicto ligado con los constantes casos de abigeato que vienen de larga data y también, sobre uno de los temas que marcan al partido y a toda la policía de la comuna: el narcomenudeo.
Quienes conocen de cerca la realidad del municipio aseguran que desde un tiempo prolongado, «se profundizaron los problemas” en este sentido. “No hay un eje: el CPR no actúa y el jefe actual ya venía con problemas», aclaran.
En esa localidad, los productores rurales viven aterrados por la cantidad de robos de ganado que se producen. Eso llevó a que incluso, uno de los más afectados por las faenas ilegales, se dirigiera al edificio municipal con una cabeza de ternero en su mano, exigiendo una respuesta por el Ejecutivo.
El aumento del delito se intensificó desde la inesperada renuncia del ex intendente Pablo Zubiaurre y la asunción del actual jefe comunal, Emilio Cordonnier. Ahora, el reemplazo del actual jefe de la CPR, Esteban Álvarez, viene a confirmar una hipótesis inquietante: que la causa de fondo es la imposibilidad del Gobierno municipal para combatir el delito.