Lo deslizó el titular de IPS, como parte de un plan para mejorar los aportes jubilatorios, hoy en situación altamente deficitaria.
El presidente del Instituto de Previsión Social (IPS), Eduardo Santín, aseguró que el Gobierno busca pasar a planta temporaria a todos los empleados contratados por la Provincia, como parte de un plan para mejorar el perfil de la deficitaria caja jubilatoria bonaerense.
El titular del IPS expuso el miércoles pasado ante la comisión de Previsión y Seguridad Social de la cámara de Diputados bonaerense, y mostró la difícil situación de la caja de su organismo, que recientemente recibió $ 6.000 millones de la Anses para cubrir el grave déficit fiscal que la aqueja.
“La Provincia tomó la decisión de reincorporar específicamente a la mayoría de quienes son sus trabajadores monotributistas, la idea es que de acá a fin de año todos los trabajadores monotributistas de la provincia pasarán a planta transitoria”, deslizó Santín, quien no obstante agregó que esa meta había sido puesta antes de la cuarentena, y que la emergencia del coronavirus podría demorarla algunos meses.
La propuesta es uno de los reclamos más recurrentes de los gremios estatales: es que con frecuencia las diferentes administraciones apelan a la tercerización para cubrir cargos que, por el tipo de trabajo requerido, debería ser cubierto por un empleado de planta.
Durante la gestión de María Eugenia Vidal, la mayoría de los nuevos ingresos al Estado (al margen de los pases a planta de personal principalmente del área de Salud) se dieron de ese modo. Juntos por el Cambio justificaba esta decisión por dos situaciones: la primera, pública, porque de ese modo se evitaba que un nombramiento “político” luego se perpetuara en la planta del Estado. El segundo, dicho en voz baja, era que los convenios vigentes en la provincia no “convencían” a quienes iban a dejar puestos gerenciales en el sector privado para pasar a prestar funciones en La Plata. Con contratos -indicaban- podían ofrecer una mayor remuneración.
El dirigente radical que Kicillof puso al frente del IPS señaló que en la gestión anterior “se congelaron las vacantes de la Provincia, se activó un artículo que tiene la ley que está previsto que cuanto llega la edad jubilatoria debe jubilarse, algo que no se llevaba adelante. También se iniciaron jubilaciones de oficio. Y todos los trabajadores que se incorporaron se hacían como monotributistas. Esto nos generó un desequilibrio en el sistema”.
El trabajo por contrato, además, esconde un mecanismo precarizador, puesto que el contratado no recibe ningún tipo de cobertura social ni realiza aportes al sistema. Este último punto es el nudo central del plan de Santín, junto con un pedido para que los trabajadores en condiciones de jubilarse “estiren” unos años el retiro.
Situación límite
Según los números que expuso esta semana el titular del IPS, la “tasa de sustitución” está en niveles críticos. Se trata de la cantidad de empleados que debería haber por cada pasivo para que el sistema sea “armónico”. Es decir, para que las jubilaciones se paguen con el aporte de los activos. Actualmente, existen 2,5 trabajadores activos por cada jubilado. La tasa debería ser del 3,6 “para que el sistema funcione”, según palabras del propio Santín. Esa diferencia es déficit puro para el organismo.
“Cuando alguien es monotributista, es un trabajador sin derechos: no tiene aguinaldo, no tiene vacaciones, está fuera de la ley de contrato de trabajo. En un sistema equitativo de la sociedad, el trabajador tenga un recibo de sueldo. Es un trabajador con derechos. Tenemos que recuperar esos trabajadores”, sostuvo el titular del IPS.
Esto, además, permitiría engrosar la planta del Estado, lo que ayudaría a su vez a reforzar los ingresos del IPS. No es el único intento: la Provincia suspendió en los últimos meses las jubilaciones de oficio, una práctica que había sido muy utilizada en la gestión de María Eugenia Vidal. De este modo, el Gobierno busca mantener trabajadores activos para que sigan aportando, y al mismo tiempo evita que aumente la lista de jubilados, calculados en unos 300 mil.
En el encuentro de esta semana, Santín sugirió que quienes están en condiciones de jubilarse por contar con los años de aportes y de servicios “se queden cinco años más trabajando, lo cual les permitiría lograr una mejora del 10% en su jubilación”.
No obstante, señaló que una vez normalizado el sistema debería impulsarse una reforma previsional que, al igual que lo que ocurre en Nación, haya un “techo” de 70 años y, pasada esa edad, el agente sea jubilado automáticamente. (DIB – Por Por José Giménez)