El ingeniero agrónomo, al frente del organismo de seguridad animal desde diciembre de 2019, afirmó que “estamos volviendo a regionalizarlo”.
Por Marcelo Metayer
de la redacción de DIB
Carlos Alberto Paz es ingeniero agrónomo y está al frente del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) desde la asunción del gobierno de Alberto Fernández. En diálogo con DIB, aseguró que están “volviendo a regionalizar el organismo” y que “no hubo mayores inconvenientes en los mercados internos y externos durante la pandemia”.
¿Cómo fue este primer año al frente del Senasa?
-Estamos tratando de ordenar el organismo. Queremos tener un plan de inversión permanente en capacitación y tratando de invertir en sistemas informáticos para agilizar los trámites tanto en el comercio interior del sector agroalimentario y agroindustrial y el comercio exterior. Hay ahí un punto neurálgico porque lo que se viene es la digitalización de todos los sistemas y queremos tener, como se dice, los fierros necesarios para que estemos a la altura de los países con los cuales tenemos comercio y también que compiten con nosotros
Volvimos a la regionalización de 2018, porque queremos un Senasa más cerca del usuario, del beneficiario, y también queremos estar cerca de los socios como son los gobiernos provinciales y municipales y los organismos del Gobierno nacional que están en los territorios. Pensamos que una regionalización que lleve un servicio más cerca de la producción es mucho más eficiente y evita la centralización acá en Buenos Aires.
¿Podría hacer un panorama de los programas sanitarios que está desarrollando el organismo en este momento?
-El más conocido, que ha sido una insignia del Senasa, es el programa de control de fiebre aftosa. Ha marcado la historia de la Argentina ganadera en los últimos 25 años. Tenemos un área libre sin vacunación, la Patagonia y Buenos aires al sur del río Colorado, y el resto del país es libre con vacunación. Hicimos, a pesar de la pandemia, una primera campaña entre marzo, abril y junio. Pudimos vacunar más de 52 millones de cabezas. En este momento nos encontramos con la segunda fase, que involucra a los terneros.
En el medio apareció una situación: Brasil dejó de vacunar a sus animales en el estado de Rio Grande do Sul. También lo anunció Bolivia. Entonces, decidimos un refuerzo en el área de la frontera norte: Corrientes, Misiones, Formosa, Salta y Jujuy.
Después tenemos programas como tuberculosis, brucelosis, rabia paresiante y garrapatas, que son importantes porque están ligados a protocolos de sanidad exigidos por países a los que exportamos.
En cuanto al área vegetal, tenemos programas como el relacionado con la mosca de los frutos, una de las plagas cuarentenarias más importantes. También se pueden mencionar los programas sobre la polilla de la vid, el control de Huanglongbing o HDB en los cítricos, y el carpocapsa en manzanas y peras.
¿Cómo se manejó el tránsito de alimentos y personas durante la pandemia?
-El Gobierno nacional nos encargó dos tareas desde el momento en que se declaró la cuarentena por la pandemia, el 20 de marzo. En primer lugar, que aseguráramos, en cuanto a lo que es responsabilidad del Senasa, el abastecimiento interno de alimentos. Hubo algunos problemas al principio pero no tuvimos mayores inconvenientes. Nuestro personal está muy habituado a las emergencias, por lo que hubo un ejercicio fuerte de anticipación de algunas cuestiones, como el caso de algunos trámites que se vencían, donde nos adelantamos generando prórrogas para que nada se detuviera y los productos llegaran en tiempo y forma a las góndolas de los supermercados.
Por otro lado, desde Presidencia también se pidió que hiciéramos lo que estuviera a nuestro alcance para que no se detuvieran las exportaciones del sector. Ahí tampoco tuvimos problemas y de hecho Argentina incrementó sus exportaciones de carne en un 23% y un 14% en el caso de la fruta.
¿Cómo fue esa suba en las exportaciones cárnicas?
-Básicamente, vino por el lado de las compras de China. El 70% de las carnes argentinas van a ese mercado. Estamos enviando volúmenes muy importantes de carne vacuna, aviar y de cerdo. También a Estados Unidos, un mercado que estaba abierto pero no había tomado una dinámica muy fuerte. Y se abrieron, en plena cuarentena, Malasia y Ucrania, entre otros.
Hay algunas cuestiones que son menores en volúmenes pero son importantes como indicadores, como la exportación por primera vez de carne de cabra a mercados como Sri Lanka, gracias a pequeños productores dispersos por casi toda Argentina. (DIB)
¿Piensa que habrá cambios en la relación comercial con EE.UU. con la nueva administración?
-Habrá que ver cómo se planta la nueva administración una vez que asuma formalmente el Gobierno de Estados Unidos. No hemos tenido grandes inconvenientes en este último tiempo. Es un socio complejo, porque es un socio que compite con la Argentina. Produce muchas cosas parecidas a nosotros y exporta. En ese sentido, nunca va a ser fácil la negociación.
Creo que con un trabajo minucioso, tenemos la oportunidad de una buena agenda de negociación con Estados Unidos para el intercambio bilateral. (DIB) MM