Carta del Lector 1° de Mayo. Día del Trabajo

Aquí estamos, Siglo XXI, Y QUE PODEMOS DECIR…Que algunos que piensan como yo, entendemos que es el trabajo el motor de la vida, es “eso” para lo que nos preparamos, es el gozo diario del quehacer elegido, es en algunos casos el resultado de la Pasión. Si trabajan con verdadera pasión, son los triunfadores, porque allí están día a día, momento a momento, dándole espacio y colorido a esa Pasión. Viven apasionados por su trabajo diario, tienen verdadero placer como trabajadores vocacionales, logrando así que ese trabajo se convierta en el sentido de su vida.
O, ustedes piensan que Sarmiento en la obstinación que tenía sobre la educación y la escuela, esa obstinación, además de tener plena convicción, no fue para el un trabajo apasionado, él quería denodadamente crear otra vez el país. Y dijo” Para tener paz en la República Argentina es necesario “educar al pueblo” en la verdadera democracia, ofrecerles desde el Estado a todos lo mismo, para que todos tengan las mismas oportunidades”. Así trabajó hasta sacar la Ley de Educación común, laica ,gratuita y obligatoria. Expresando “Las Escuelas son la democracia”.
Para él era su coraje, su rebelión, era su sueño. Se atrevió a soñar, y a vivir en la esperanza de lograr un Mundo Grande para La Argentina. Ciertamente se notaba su Pasión.
Otro grande apasionado y con su trabajo, que para Pueyrredón era “Imposible” y para él “Imprescindible”. Fue San Martín.
Su Misión era cruzar los Andes, fue la osadía de un romántico, que se propuso vencer hasta” los límites de su salud física”.
Ahora el hombre común necesita de su trabajo para satisfacer sus necesidades, lógicamente acompañado de su mujer y a todas las mujeres trabajadores igualmente les cabe lo antedicho, y lógico que con sus esfuerzos buscar una vida digna.
Todos los trabajos y los/las trabajadores son recordados hoy como lo fueron en Estados Unidos, Nueva York primero y Chicago después los obreros sacrificados por pedir jornadas de 8 horas, ya que trabajaban 18 hs.
Hoy se recuerda a esos obreros muertos, tres de ellos condenados a prisión y 5 a la horca.
Ese día esta descripto así por José Martí, corresponsal de La Nación en Estados Unidos.
“Salen de sus celdas, se dan la mano, sonríen. Les leen la sentencia (El Juicio Farsa).
Les sujetan las manos por la espalda con esposas ,les ciñen los brazos al cuerpo con una faja de cuero, y les ponen una mortaja blanca, como las túnicas de los catecúmenos cristianos, uno de ellos grita-¡la voz que vais a sofocar será más poderosa en el futuro que cuantas palabras pudiera yo decir!
Les bajan la capucha, luego una seña, un ruido, la trampa cede, los cuerpos caen y se balancean en una danza espantable!
Ese mismo año el Presidente Andrew Johnson promulgó la Ley que establecía la jornada laboral de 8 horas.
Día del trabajo. Triste fecha para recordar el sacrificio de esos fuertes hombres con sólidas convicciones.
María Teresa Pena de Aldet