El martes 30 de abril del año 2019, di por finalizada mi tarea de profesora de geografía frente a las aulas. Había llegado el momento de jubilarme. Recibí obsequios, me felicitaron y todos me enviaron mensajes que decían: “Que suerte tenés”.
Me hablaban que era el momento de poder dormir más horas, de no cumplir horarios, de no preocuparme por la entrega de planificaciones, etc.
A todo esto, yo pensaba: Y ahora ¿qué? Me sobraba tiempo y cuando durante 30 años todo está muy estructurado, cuesta pensar qué cosas pueden llenar nuestro día. Ahí fue cuando reaccioné que aún tenía proyectos que habían quedado dormidos.
Puse manos a la obra y hoy quería compartir que en estos 4 años de jubilada puse a volar mi imaginación y llevo 4 libros publicados.
La agenda ya no dice actividades para: Escuela Media / Escuela Técnica/ Giribone/ Normal… hoy dice ejemplares de: “Escritora Frustrada”, “Historia sin Final”, “Sexo Virtual”, “Buscando una Guía”, y voy por más.
Aprendí que la jubilación no es igual a descanso sino invertir tiempo en aquellos sueños, en aquellos proyectos que quedaron pendientes.
Liliana Mabel Martínez (la profe y escritora de cuentos y novelas)