Cifras actuales de los servicios penitenciarios y de la Unidad de Ejecución Penal de la Procuración revelan porcentajes sorprendentes en contraste con los homicidas varones
La muerte a balazos de Fernando Pastorizzo en Gualeguaychú, aparentemente a manos de Nahir Galarza, su novia de 19 años de edad que confesó el hecho y fue procesada por la Justicia, revivió un fantasma cargado de estigmas para las páginas policiales argentinas: la «mujer asesina», la mujer capaz de matar a un hombre a sangre fría. El revuelo simbólico fue instantáneo.
Los detractores online del feminismo creyeron encontrar en el asesinato de Pastorizzo un argumento válido para sus columnas y planteos, con el eco -cercano o distante- de casos como el de «Yiya» Murano, la «envenenadora de Montserrat», presa durante dieciséis años y fallecida en 2014 en un geriátrico o el de Silvia Luna, condenada por matar en 2012 a su amiga Carola Bruzzoni con una maza para aplastar milanesas. La agenda reciente mostró casos aún más desgarradores que el de Galarza en Entre Ríos: S.S, una joven de 18 años oriunda de un barrio pobre de Boulogne, espera sentada en una comisaría bonaerense, acusada de parir a su bebé en su habitación y lanzarla por la ventana para matarla.
Un informe del Ministerio de Seguridad a cargo de Patricia Bullrich contabilizó 2583 asesinatos dolosos en todo el territorio durante 2016, pero el informe -que representó la primera emisión de cifras delictivas por parte del Ejecutivo luego de años de silencio estadístico en la era Berni, la problemática del INDEC aplicada a las herramientas de análisis criminal- no dividió este número entre autores masculinos y femeninos, entre presuntos asesinos varones y mujeres.
La respuesta a esto puede encontrarse en las estadísticas de las cárceles a lo largo del país, y en los números compilados por la UFEJ, la Unidad de Ejecución Penal de la Procuración a cargo de la fiscal Guillermina García Padín, con jurisdicción sobre los tribunales orales criminales porteños, los encargados de juzgar y condenar a los acusados de homicidio en la Capital Federal.
Así, estadísticas de 2017 y 2018 tanto de la UFEJ como del Servicio Penitenciario Federal dirigido por Emiliano Blanco y el Servicio Penitenciario Bonaerense a cargo de Juan Baric a las que accedió Infobae revelan que la supuesta «mujer asesina», la mujer imputada, procesada y condenada por un homicidio simple o agravado, es algo sumamente escaso en las comisarías y cárceles de la Argentina. Los hombres son la mayoría abrumadora para delinquir y matar.
Con más de 35 mil presos a nivel global en sus 54 unidades, el Servicio Penitenciario Bonaerense tiene hoy en sus cárceles la mayor cantidad de detenidos de ambos sexos en toda su historia.
. 6796 de estos internos están imputados por homicidio, procesados o condenados: 6454 son hombres, 342 mujeres. Es decir, las mujeres acusadas de matar representan apenas un cinco por ciento del total provincial encarcelado
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