Si bien hay varias líneas de investigación, hay muy pocos datos nuevos para determinar los motivos y quién pudo haber asesinado a la víctima.
Los investigadores del crimen de Fernando Pérez Algaba, cuyo cadáver descuartizado fue encontrado en un arroyo del partido de Lomas de Zamora la semana pasada, realizaron este lunes una inspección ocular en el campo donde dos testigos dijeron haberse encontrado con él el martes 18 de julio para pagarle una deuda.
En el marco de la causa, el juez de Garantías 4 de Lomas de Zamora, Sebastián Monelos, rechazó un pedido de excarcelación para Alma Nicol Chamorro, la mujer trans que había sido detenida como “partícipe secundaria” del homicidio.
Según los datos incorporados al expediente que tiene a su cargo el fiscal Marcelo Domínguez, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 5 de Lomas de Zamora, el operativo realizado este lunes se llevó a cabo en el campo donde fue visto por última vez Pérez Algaba, alias “Lechuga”. Los peritos concurrieron al lugar a levantar pruebas y a realizar un relevamiento de cámaras de seguridad que pudieran haber captado la forma en que la víctima se fue de ese lugar.
Dos testigos que ya declararon en el expediente, Nahuel Vargas y Maximiliano Pilepich, relataron que se encontraron allí con Pérez Algaba para saldarle una deuda y que, luego de entregarle el dinero, se fueron.
Vargas es un examigo de Fernando con quien realizaba negocios, y Pilepich es un hombre vinculado al rubro de la construcción que era dueño de la camioneta Range Rover Evoque 2012 color blanca en la que Pérez Algaba se movilizó dos días previos a su desaparición. El vehículo fue entregado por el propio Pilepich y en las últimas horas fue sometido a distintos peritajes en busca de rastros, ya sea manchas de sangre o restos orgánicos con los cuales se pudieran elaborar ADN para ser cotejados eventualmente con el patrón genético de sospechosos.
En tanto, el fiscal Domínguez aguardaba los resultados de los peritajes que se realizarán sobre una remera y una campera secuestradas a Chamorro, donde se detectaron algunas manchas que se investiga si son de sangre.
El chip de “Cooper” no tiene datos
En el marco de la investigación del homicidio de Pérez Algaba, se determinó que el microchip que posee el perro bulldog francés llamado “Cooper” que pertenecía a la víctima y que recién fue hallado el sábado último en el barrio porteño de Villa Lugano, no posee geolocalización, por lo que no sirve para establecer cuáles fueron los últimos movimientos del joven asesinado. Según se supo, es un chip común que se usa en Estados Unidos, que casi todos los perros de raza tienen y que almacena su historia clínica. La mascota será restituida al hermano de la víctima, Rodolfo Pérez Algaba. (DIB) ACR