Una organización liderada por Gerardo Cobian, un jubilado de 74 años, más conocido como «Don Gerardo», que se dedicaba a la venta de quiniela clandestina, las apuestas ilegales por carreras de caballos y a la comercialización de cocaína a través de empresas «fantasmas» que usaba como pantallas, fue desarticulada este martes tras múltiples allanamientos realizados por la Policía de la Provincia de Buenos Aires en el noroeste del conurbano y la Capital Federal.
Este martes se realizaron en total 37 operativos que derivaron en la detención de los cuatro socios capitalistas de la banda, incluido Cobian, el principal líder, cabeza de una red de comercios de distinta índole, detrás de los que ocultaba su verdadero negocio: el juego clandestino y la venta de droga. El resto de los detenidos son Domingo Alberto Sinopoli alias «Tingui», Fabio Adrián Carchedi y Raúl Mereles.
Cobian a pesar de estar jubilado figuraba legalmente de una sociedad que desde el año 2010 manejaba una colchonería en la ciudad de Caseros, dedicada a la importación y exportación de elementos vinculados al mobiliario de dormitorios, que sin embargo estaba muy lejos de ser su principal actividad.
El modus operandi de los acusados consistía en utilizar distintos comercios para ejercer la actividad ilegal, uno de ellos era un almacén ubicado sobre la calle Mercedes a 3900 de San Martín, donde recepcionaban principalmente jugadas de quiniela ilegal y otro estaba ubicado en la calle Santa Rosalía al 930 de San Andrés, partido de San Martín, también vinculado a este tipo de maniobras.
El bunker central, donde se recibían todas las apuestas, estaba ubicado en la calle Esteban Merlo N°5056 de Caseros. Allí a modo de «pantalla» los miembros de la banda liderada por el «Señor del juego», habían montado un local de venta de colchones que usaban para ocultar el verdadero negocio.
Los operativos fueron supervisados por el Ministro de Seguridad Cristian Ritondo y el titular de Lotería y Casinos provincial, Matías Lanusse. Participaron más de 450 efectivos de la Policía de la Provincia de Buenos Aires y se contó también con la colaboración de inspectores de Lotería y Casinos.
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