Carta del Lector
Así de sencillo. Así de simple. De doloroso.
Las cámaras de televisión reflejaron el júbilo, la algarabía y alegría de muchos, ante la media sanción de la legalización del aborto.
La vida es una bendición. ¿Lo entendemos así?
¿Por qué quitarle el derecho a nacer?
No es una piedra, un grano, un estorbo que se descarta así, porque sí.
La vida está. Existe. Vive desde el mismo instante de su concepción. Esa vida pequeña, diminuta espera…
La Madre Teresa de Calcuta decía” La vida es preciosa, cuídala; la vida es vida, defiéndela”.
Busquemos e incentivemos todas las formas posibles para brindar contención, abrigo, consejo, comprensión, educación y mucho amor, hacia todas las mamás que atraviesan o no, situaciones límites.
Valoremos la vida, lo demás vendrá por añadidura.
El abrazo y la misericordia para todas las mujeres que debieron o deben tomar decisiones extremas.
Que el Espíritu Santo nos ayude a discernir en estos tiempos difíciles por la que atravesamos.
Junto a la Madre María elevemos nuestra oración por una sociedad renovada, comprometida y coherente en el decir y en el hacer, basada en el respeto mutuo, en la concordia, en el diálogo constructivo, buscando siempre lo que trasciende , dejando de lado el egoísmo y la mediocridad.
Que el rol de la Familia no se diluya, que no pierda su sello inconfundible y su misión: ser fuente de Vida, reflejo del amor de Dios.
Ana María Lasalvia
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