El respaldo de los cinco radicales que cambiaron de bando resultó clave. Pero también ocho abstenciones «federales» y un llamativo reemplazo de última hora. UxP y la izquierda, sin fisuras. Milei calificó de «héroes» a unos y «degenerados» a otros. Hubo represión afuera.
Con el respaldo de los bloques de Libertad Avanza y PRO, más el acompañamiento de un grupo de legisladores radicales que cambiaron de posición, la Cámara de Diputados dejó firme el veto del presidente Javier Milei a la ley que subió 8,1% las jubilaciones y estableció una nueva fórmula de cálculo que abría la posibilidad de que futuros incrementos no estén limitados por el nivel de inflación. El resultado de la votación fue de 153 diputados a favor de rechazar el veto, 87 que lo respaldaron y 8 abstenciones. Para alcanzar los dos tercios se necesitaban 166 voluntades, por lo que se estuvo a 13 votos de conseguir su objetivo.
Agrupaciones de jubilados, la Confederación General del Trabajo, movimientos sociales y otros manifestantes fueron reprimidos en las inmediaciones del Congreso tras la votación. Durante las protestas se asistió a unas 16 personas por distintas heridas, y tres de ellas resultaron internadas. Además, hubo tres detenciones, de acuerdo con la agencia Noticias Argentinas.
Para el resultado final de la votación resultó clave el cambio de postura de cinco diputados radicales que en junio habían votado a favor de la reforma -Mariano Campero, Pablo Cervi, Martín Arjol, José Tournier y Luis Picat-, como así también la abstención del bloque de Innovación Federal, que responde a los gobernadores de Río Negro, Misiones y Salta.
Juntos, esos cinco radicales y los ocho federales suman 13 escaños: si no hubiesen cambiado de opinión respecto de las bondades del proyecto luego de que fue vetado, esa decisión del Presidente se hubiese caído y el incremento a los haberes se hubiese mantenido firme. También resultó estratégico el reemplazo del radical entrerriano Rodolfo Galimberti, que había anunciado un voto contra el veto, por la PRO cercana al gobernador Rogelio Frigerio, que votó a favor. Nancy Ballejos era la suplente en la lista que llevó a Galimberti al Congreso, quien dejó la bancada para ocupar una silla en la comisión técnica que administra la represa Salto Grande, donde cobrará 8 mil dólares al mes. El diputado del Frente de Izquierda Nicolás del Caño denunció como “un escándalo” ese reemplazo.
Para el Ejecutivo fue un éxito que celebró el propio Milei, quien en las redes sociales difundió un mensaje en el que calificó de “87 héroes” a los diputados que no se plegaron al rechazo al veto. El Presidente había sostenido en varias oportunidades que el aumento –unos 14 mil pesos para las jubilaciones mínimas, que están en 304.540,23- y el cambio de fórmula atentaban contra el superávit de las cuentas públicas. Por eso, nuevamente calificó de “degenerados fiscales” a los legisladores que optaron por respaldar el incremento de haberes.
Tensión fuera del Congreso
Ya desde temprano se vivía un clima tenso en las afueras del Congreso, donde se habían concentrado miles de personas. Sin embargo, los incidentes se produjeron una vez que la Cámara baja ratificó el veto presidencial. En esos momentos, los manifestantes fueron reprimidos con gases lacrimógenos después de haber tirado vallas de seguridad que rodeaban la zona.
Movimientos sociales, piqueteros y sindicales desafiaron a las fuerzas de seguridad, que tenían la orden de aplicar el protocolo antipiquetes. El Ministerio de Seguridad, a cargo de Patricia Bullrich, había desplegado un megaoperativo con fuerzas federales (Policía Federal, Prefectura Naval, Gendarmería y Policía de Seguridad Aeroportuaria) para evitar el corte de arterias y la circulación vehicular. Dicho operativo se aplicó en coordinación con la Ciudad de Buenos Aires, que aportó la policía local.
Una de las imágenes de la jornada fue una niña de 10 años que fue alcanzada por “gas pimienta” durante la represión. Como respuesta, desde las redes sociales la ministro Bullrich trató de irresponsable a la madre de la menor: En estas últimas marchas hubo un grupo de militantes que fueron con piedras y palos a pegarle a la Policía y ahora dicen que la Policía le tira gases a una nena. La responsabilidad de llevar a una nena de 10 años a una marcha rodeada de personas violentas es responsabilidad de esta madre irresponsable”.
Un debate agitado
El debate dentro del recinto fue agitado. Hubo, por caso, cruces entre los propios radicales. Fue Roxana Reyes, radical santacruceña que se ausentó a la hora de votar para facilitar el triunfo libertario, al igual que Gerardo Cipollini, quien encendió el fuego cuando, luego de relacionar la crisis del sistema previsional con la decisión del kirchnerismo de incorporar nuevos jubilados, mandó un mensaje al interior de su bloque para justificar su postura. “Van a tener que ir a terapia muchachos, ganó Javier Milei, no ganamos nosotros“, disparó la santacruceña, quien señaló que “el veto presidencial dice que no hay posibilidad de donde sacar la plata, van a emitir, van a crear otro impuesto”.
Campero, uno de los que votaron negativo, pidió la palabra para argumentar su decisión: “No voy a ser partícipe de una desestabilización que quieren hacer los kirchneristas”, aseguró, y recibió la ovación de los liberales.
Acto seguido, Pablo Juliano, el diputado por la provincia de Buenos Aires que responde a Facundo Manes, salió al cruce de su compañera de bloque avisando que “va a votar igual y a reafirmar su voto a favor del proyecto”. Y cargó contra los diputados que se fotografiaron con Milei al exigir que “devuelvan sus bancas”. “Tengan el coraje político de lo que hacen afuera sostenerlo acá adentro”, dijo el diputado, quien advirtió que “las abstenciones y los que den vuelta su voto van a tener que dar explicaciones”.
Danya Tavela, una de las diputadas de Evolución que está alineada con Martín Lousteau, también cuestionó a los correligionarios que se dieron vuelta. “Roma no paga traidores y el pueblo tampoco los vota”, avisó la legisladora en el recinto.
El kirchnerismo estuvo casi completo y aportó 98 votos de los 153 afirmativos. Faltó la sanjuanina Ana Aubone. Agustina Propato, la esposa de Sergio Berni, llegó en una silla de ruedas por una lesión en una pierna.
En el debate, el jefe del bloque K, Germán Martínez, apuntó contra la Casa Rosada por vetar la ley aprobada por el Congreso con los dos tercios de ambas cámaras. “Un gobierno colgado del travesaño, se lleva a diputados que en junio votaron a favor de los jubilados”, protestó el santafesino, para agregar que “el diablo disfrazado de fuerza del cielo metió la cola”.
Por su parte, Cristian Ritondo, jefe del PRO, defendió en el recinto el veto del Presidente, al apuntar contra la política previsional del kirchnerismo que a su entender “ha sido inviable“. “No vamos a ser parte de un simple montado que empobreció a los argentinos”. “Si quieren voten, pero acá hay responsables de que los jubilados hayan perdido 40 % del poder adquisitivo porque Milei hace seis meses que está gobernando”, agregó.
Hubo otros votos llamativos como el voto a favor del larretista Álvaro González (PRO) y la abstención de Lourdes Arrieta (Fuerzas del Cielo – Espacio Liberal). El voto de González confirma que Horacio Rodríguez Larreta, el perdedor de la interna presidencial de Juntos por el Cambio el año pasado, ya no articula con el PRO y tiene mucha más afinidad con figuras de la oposición dialoguista como Martín Lousteau y Miguel Ángel Pichetto.
Lo de Arrieta merece un párrafo aparte. En su estreno como diputada independiente tras ser corrida del bloque libertaria, la mendocina fue una de las que cambió el sentido de su voto. En la sesión de junio había tenido disciplina partidaria votando en contra de la reforma jubilatoria, pero en esta ocasión se abstuvo. “Los jubilados que hoy tienen que afrontar un momento de crisis que, entiendo y respeto a las políticas de shock, pero también entiendo a cada jubilado porque camino, porque viajo en subte, porque me muevo para todos lados sin ningún privilegio y creo firmemente que sí debería el aumento hacerse factible”, sostuvo. (DIB) AL GML