Por el alza inflacionaria, numerosas familias tienden a apelar la tarjeta de crédito para salir del paso y realizar sus compras diarias. Pero es una opción que se vuelve cada vez más restrictiva. Aplazar los pagos del valor total de los resúmenes puede implicar hasta un 120% del Costo Financiero Total (CFT).
«El CFT está entre 105% y 120% si no se paga la tarjeta (al monto del cierre). Y los bancos están subiendo los montos del pago mínimo, que eran del 5 al 10 por ciento, hasta un 20 y 25 por ciento. Son costos imposibles, inviables», aseguró Damián Di Pace, director de la consultora Focus Market.
En años anteriores, cuando el sueldo corría detrás del aumento de precios, el financiamiento del consumo en cuotas era una opción para llegar a fin de mes y prorratear el impacto de la inflación. Pero el ajuste en las tasas de interés dispuestas por el presidente del Banco Central (BCRA), Guido Sandleris, y el encarecimiento del crédito golpean de lleno en los hogares.
«Antes, cuando se pagaba un electrodoméstico, se esperaba que el salario futuro terminara ganando a las cuotas a futuro. Ahora comprás a 12 cuotas y no sabés si vas a llegar a pagarlas por la pérdida del poder adquisitivo prevista. No hay claridad sobre si se puede afrontar ese compromiso a futuro», explicó Di Pace a Infobae.
El alza en el costo financiero de las tarjetas afecta tanto a los bancos públicos como privados. «Se encareció mucho el CFT. Tuvo un incremento de más del 20 por ciento, cuando ya era alto antes», señaló un oficial de empresas de una entidad privada de primera línea.
A contramano del alza en los costos crediticios, se comenzó a observar en las clases medias una tendencia a la utilización de los plásticos, pero para afrontar el consumo diario. «Las tarjetas de crédito ofrecen muchas opciones de descuento con los supermercados. La gente está usando más la tarjeta de crédito en consumos de primera necesidad, como alimentos», señaló un oficial de atención del Banco Provincia a este medio.
Sin embargo, esta estrategia doméstica está ejerciendo una «mayor presión» del sistema financiero sobre el consumidor, señaló Di Pace. Es por eso que la tendencia de los usuarios es verse obligados «en el último tiempo a pagar solo los pagos mínimos, esto más un CFT cercano al 100% sobre los saldos que quedan impagos», lo que pone «límites al uso del plástico para los meses siguientes», señala un informe del Grupo First.
En esta línea, las entidades bancarias incrementaron en los últimos meses el monto de los pagos mínimos, a fin de controlar la magnitud de las deudas de los clientes. El objetivo es que las tarjetas no se vuelvan impagables.
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