La Unidad de Datos de Infobae analizó el ritmo de crecimiento de casos y fallecidos, así como el tiempo de duplicación. ¿Cuándo llegará el pico de la pandemia? Qué variables evalúa el Gobierno y qué dicen los expertos
A horas del anuncio de una quinta prórroga de la cuarentena desde que se dispuso el 20 de marzo, el presidente Alberto Fernández se enfrenta a un escenario delimitado por el hartazgo social y la parálisis económica por un lado, y el aumento sostenido de contagios por el otro. Como casi único protagonista del estrecho escenario desde el que intenta controlar la propagación de la pandemia, apelará a los números para buscar convencer de la necesidad de continuar con el aislamiento social obligatorio como hasta ahora. Ayer consiguió en Olivos el aval de los expertos para extender la cuarentena por dos semanas más, con especial foco en el AMBA, y una mayor restricción del transporte interjurisdiccional en la zona metropolitana
Si bien el tan mentado pico de contagios aún no llegó -se especula que sucedería en junio-, a 81 días desde el primer caso de COVID-19 positivo en el país, ayer se registró la cantidad más alta de nuevos casos: 718. Hay que tener en cuenta que este pico de contagios no son la foto de hoy, ya que se gestaron varios días antes.
De este cifra, 404 corresponden a la Ciudad de Buenos Aires y 266 a la Provincia, básicamente el Conurbano. Estos dos distritos concentran el 77% del total de 10.649 contagios confirmados hasta ahora en el país, y 74% de los 433 muertos. Por este motivo vienen siendo el principal foco de preocupación y de cortocircuitos políticos por el aumento de casos.
Desde el comienzo de la pandemia, CABA acumula 4.606 casos detectados contra 3.575 en el distrito bonaerense. Pero si se tiene en cuenta la población, la tasa de incidencia porteña es de 150 casos por cada 100.000 habitantes, mientras que la de la Provincia es de 20.
La zona más crítica hoy por hoy son los geriátricos y, especialmente, los barrios vulnerables de la Ciudad de Buenos Aires, donde ya se registraron 2.116 contagios y 19 fallecidos. El epicentro está en la ex Villa 31 y la ex 1-11-14. En el Barrio 31 de Retiro se detectaron 1.388 contagios y ya son 5 los muertos, mientras que en Barrio Padre Ricciardelli (ex 1-11-14), los infectados identificados suman 577 y los fallecidos ascienden a 14. “Se entró tarde. Por la falta de agua durante más de una semana en la Villa 31, el gobierno porteño no se animó a entrar por miedo a los reclamos”, le dijo a Infobae un funcionario de la Casa Rosada. El número de casos detectados aumentó significativamente en estos barrios a partir de la puesta en marcha del operativo DetectAR, que comenzó a implementar la gestión de Horacio Rodríguez Larreta con el apoyo del Ministerio de Salud de la Nación.
Desde la Provincia de Buenos Aires aún no se informaron números precisos de posibles contagios en los 1.800 barrios populares que hay en el territorio bonaerense. Ante la propagación de casos en las villas porteñas, el operativo DetectAR comenzó esta semana también en algunos partidos del Conurbano, impulsado por la cartera sanitaria nacional. Ayer se confirmó el primer caso positivo en Vila Itatí, uno de los barrios más pobres del Gran Buenos Aires, en Quilmes.
El resto de los distritos que concentran más infectados son Chaco y Córdoba -en particular su Capital-, y Río Negro, mientras que Santa Fe, Tierra del Fuego y Neuquén ralentizaron sus contagios. Las demás provincias tienen menos de 100 casos, y Catamarca y Formosa continúan libres de coronavirus.
“Este panorama muestra una situación epidemiológica mixta. Hay distritos donde no circula el virus o que no vienen registrando casos desde hace ya muchos días, y deberían ir hacia una flexibilización de la cuarentena”, señala el médico infectólogo Eduardo López, quien cita como ejemplo positivo del manejo de este tema a la provincia de Jujuy.
Los números que mira el Presidente
Fernández sigue muy de cerca la evolución del número de test positivos, su tiempo de duplicación, la ocupación de camas de terapia intensiva y los fallecidos. Por eso, todas las prórrogas anteriores de la cuarentena así como la flexibilización segmentada geográficamente, estuvieron basadas en la variación de estos indicadores.
El miércoles pasado, cuando se cumplieron dos meses del aislamiento obligatorio, el Gobierno nacional destacó en Twitter: “Gracias a la cuarentena obligatoria y al esfuerzo de todos los argentinos y las argentinas pudimos achatar la curva y ralentizar los contagios de Covid-19. Ahora seamos responsables y cuidémonos más que nunca”.
Sin embargo, los números no muestran que la curva de contagios se esté frenando, sino que está ascendiendo. El martes 19 hubo un aumento del 44% en los nuevos casos respecto del día anterior, y el jueves 21, un 36% más en relación al miércoles. El incremento ayer fue un poco más bajo: el 11% respecto de los registrados 24 horas antes.
“El problema está concentrado básicamente en la Ciudad de Buenos Aires, el conurbano y Chaco, que explican el 80% del aumento de los contagios. Hay un conglomerado de casos en los barrios populares y se está testeando más. Esto apunta a disminuir la transmisibilidad en barrios de alta densidad poblacional”, analiza López, que integra el grupo de expertos que asesora al Presidente.
Ricardo Teijeiro, también médico y miembro de la Sociedad Argentina de Infectología, advierte: “Aumentaron los positivos detectados porque se fue a buscar activamente posibles contagiados en barrios vulnerables, incluso a los que son asintomáticos. Era lo esperable. En las próximas semanas, los nuevos casos diarios se podrían duplicar o triplicar. Es un proceso propio de cualquier pandemia. Pero lo más importante es que se los pueda identificar, aislar y controlar a sus contactos estrechos”.
Sin embargo, López advierte que, “más allá de que hayan aumentado los testeos, hay un crecimiento genuino de casos, porque los test podrían dar en su mayoría negativos y no es lo que está sucediendo. Esto muestra que está circulando el virus, porque a más testeos, más alta es la tasa de positividad”. Este indicador hoy está en 9,8 a nivel nacional, pero en el Barrio 31 de Retiro asciende al 60% y en la ex villa 1-1-14 al 44%.
“El problema es el hacinamiento porque hay que sacarlos del barrio donde viven, ya que ahí no pueden cumplir el aislamiento. Y muchas veces es complejo porque tienen miedo de dejar sus viviendas”, observa López.
Camas de terapia y fallecidos
Teijeiro advierte: “La gran cantidad de casos confirmados son adultos jóvenes que no están ocupando camas de terapia. Ese es el indicador que hay que mirar: la cantidad de pacientes que pueden complicarse y requerir cuidados intensivos”. Hoy, de las 8.841 camas de terapia entre públicas y privadas en todo el país, solo 172 están ocupadas por afectados con coronavirus.
Asimismo, este médico infectólogo señala que “si bien crecen los contagios, la cantidad de muertos no aumenta en la misma proporción”. Si bien ayer fallecieron 17 personas, el promedio de muertes desde el inicio de la cuarentena fue 7. El pico de fallecidos se dio el 13 de mayo con 23 decesos por COVID-19.
La tasa de letalidad hoy del país es del 4%, esto significa que mueren 4 de cada 100 infectados confirmados. Este número se mantiene más o menos estable entre 4 y 5% desde el comienzo de la pandemia en el país. Se trata de un indicador expresado en porcentaje que se calcula a partir de la cantidad de muertos respecto de los casos positivos, y refleja la virulencia o la gravedad de una enfermedad. “Y en los barrios vulnerables, la tasa de letalidad no supera el 1%”, agrega López.
Cronología de la enfermedad en el país
El 12 de marzo, cuando se decretó la emergencia sanitaria nacional, había 31 contagios en el país y un solo fallecido, un hombre de 64 años que había regresado de Francia y que murió el 7 de marzo.
Ocho días después, el 20 de marzo, cuando los casos escalaron a 158 y los muertos ya eran tres, Fernández dictó el decreto de aislamiento social, preventivo y obligatorio. Por ese entonces, el tiempo de duplicación del virus era de tres días. Este indicador aumentó de 3 a 4 cuando el Presidente decidió extender la cuarentena más allá del 31 de marzo, y prorrogarla hasta el 12 de abril.
Dos días antes de su vencimiento, los contagios detectados eran 820 y los muertos 23, el Presidente decidió ampliar la cuarentena hasta el 26 de abril. El tiempo de duplicación del virus aún se mantenía en cuatro días, una señal de que la velocidad de circulación del virus era alta.
Nuevamente, 48 horas antes antes de que se cumpla el plazo, el viernes 10 de abril el primer mandatario anunció que la extendería hasta el 26 de ese mes. Los casos ya arañaban 1.975 y los fallecidos, 82. Al día siguiente, cuando se publicó el DNU, se conoció la primera muerte por COVID-19 de una vecina que vivía en la Villa 1-11-14, una empleada de limpieza del Congreso que había fallecido cuatro días antes, y cuyo test post mortem dio positivo.
Entre el 12 y el 26 de abril aumentó el tiempo de duplicación del virus: pasó de 13 a 16 días, lo cual indicaba que la velocidad de contagios se desaceleró y que la cuarentena parecía estar surtiendo efecto para aplanar la curva.
Un día antes del 26 de abril, con 3.780 infectados y 185 muertos, Fernández decidió prorrogar la cuarentena por tercera vez, hasta el 10 de mayo. En los 12 días siguientes, el número de casos aumentó a 5.371 y los muertos escalaron a 282. Pero el dato positivo fue que el tiempo de duplicación del virus aumentó 16 a 25 días.
Ese dato, que refleja la cantidad de días en los que los contagios se multiplican por dos, fue el que usó el Presidente en la conferencia de prensa del 8 de mayo, cuando anunció la cuarta prórroga de la cuarentena hasta este domingo 24. El número correspondía, en realidad, al día anterior.
Desde entonces, el tiempo de duplicación de casos empezó a acortarse. Según los datos de ayer a la noche, cuando se superaron los 10.000 contagios, ese indicador se ubicó en 13 días, la misma cifra del 12 de abril cuando comenzaba la segunda prórroga de la cuarentena.
Ante la consulta de Infobae, Teijeiro sostiene que “hay que ser muy prudente con este tipo evaluaciones, ya que si hubo un cambio de estrategia y aumentan los testeos en barrios vulnerables, se van a identificar más casos y visualizar cómo está circulando el virus. Pero es la forma de disminuir la propagación”.
“Siempre va a haber un crecimiento hasta que llegue a un máximo en la curva y luego va a decrecer. Nosotros no sabemos aún cuándo será ese pico. Pretendemos que sea una meseta, que no genere una sobredemanda en el sistema sanitario, que hoy ya está mucho más fortalecido. Hay que seguir manteniendo el distanciamiento, evitar aglomeraciones como las que se generan en el transporte público, usar tapabocas, y extremar la higiene. Y además, para aquellas personas que reinician sus trabajos, implementar protocolos que debe ser auditados”, concluye.
López coincide en que el control debe ser más estricto en el transporte. “Lo más grave es el transporte público, no el auto o la moto particular. Y además, hay que aumentar los protocolos en los lugares donde la gente va a trabajar”.
Cómo se procesó la información
Para el cálculo del tiempo de duplicación, se usó la fórmula TD= ln(2)/Tc, reportada a la Unidad de Datos de Infobae por las autoridades sanitarias a nivel nacional.
La progresión de nuevos casos y nuevos fallecidos surge de los informes diarios del Ministerio de Salud de la Nación, que entrega los datos en formato PDF. Las tablas que surgen de esos reportes se realizan por carga manual sobre hojas de cálculo. (Infobae – Por Mariel Fitz Patrick y Sandra Crucianelli)