Esta mañana, el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación, Roberto Salvarezza, informó por Twitter que por primera vez se le detectó a un viajero proveniente del exterior la nueva variante del SARS-CoV-2, la VOC202012/01 o 501Y.V1 conocida como la de Reino Unido. El viajero llegó a Ezeiza a fines de diciembre pasado, proveniente de Fráncfort.
«Es un hombre que vive en el Reino Unido, había recorrido algunas ciudades de Europa y vino circunstancialmente a Buenos Aires por viaje de negocios-explica Ángela Gentile, jefa del Departamento de Epidemiología del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez-. No es un turista. No tenía síntomas y fue detectado por el sistema de vigilancia que realiza una PCR diagnóstica a todos los que llegan al país. Se están analizando sus contactos y realizando la investigación epidemiológica, que aún no terminó. Es muy importante destacar este aspecto: que se lo pudo detectar. Por eso hay que seguir los protocolos que se les pide a todos los que se alejan de la ciudad o entran nuevamente a la Argentina». Según pudo saber LA NACIÓN, el paciente estuvo aislado en un departamento de Palermo, no tuvo contactos estrechos y ya recibió el alta médica.
Eduardo López, infectólogo pediátrico, y asesor del Comité de Expertos de Presidencia de la Nación y del gobierno porteño, señala que sería muy importante conocer si los contactos estrechos de este hombre dieron negativo a los tests diagnósticos. «Por más que sea un viaje de negocios, este señor, que vino en diciembre, debe haber estado en contacto con empleados del hotel si se quedó en un hotel, o convivientes, si se alojó en algún domicilio. Es importante saber si la cepa quedó confinada a un núcleo muy pequeño o solo al viajero».
La variante del Reino Unido fue detectada, pero eso no significa que esté circulando . «Solo se ha la identificado», enfatiza Josefina Campos, coordinadora de la Plataforma de Genómica y Bioinformática del Instituto Anlis/Malbrán . «Estamos vigilando cuatro variantes del virus SARS-CoV-2: la de Sudáfrica, la de Manaos, la de Río de Janeiro y la del Reino Unido -agrega-. Estas dos últimas se han detectado en el país. La variante de Río de Janeiro fue constatada en circulación comunitaria, pero no hay ningún estudio local que analice si genera o no más enfermedad, porque esos estudios deben realizarse donde la variante esté circulando. En cuanto a la del Reino Unido , que está circulando en muchos países del mundo, los estudios confirman que tiene mayor transmisibilidad, pero no existen investigaciones concluyentes que indiquen que produce un mayor grado de enfermedad o una disminución de la respuesta inmune. Son estudios en curso, se sigue trabajando.»
«Según datos del Instituto de Salud Pública de Inglaterra -puntualiza López, que es también profesor de Vacunología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Salvador- la variante del Reino Unido no es una cepa más mortal. Al principio se creyó que era más alta, pero ahora se sabe que tiene un 35% global más de contagiosidad. Ese nivel de posibilidad de contagio varía según la edad. Primero dijeron que infectaba más a los niños. Luego se confirmó que no es así: de 0 a 9 años la capacidad de producir contagio es del 9%; en adolescentes, del 12% y en adultos salta al 20% por ciento».
Dos carreras
Roberto Debbag, infectólogo pediátrico y vicepresidente de la Sociedad Latinoamericana de Infectología Pediátrica (Slipe), indica que el hecho de que la variante del Reino Unido haya sido detectada ahora no implica que no esté en circulación en el país. «Ahora fue documentado, eso es lo diferente -puntualiza-, pero sabemos que circula en Inglaterra desde septiembre y que se ha ido extendiendo por toda Europa, así que no puede descartarse que haya llegado antes y esté circulando. En momentos de pandemia, la circulación es muy rápida».
El especialista agrega que desde el punto de vista epidemiológico «la nueva cepa tiene mayor transmisibilidad, pero menor tasa de complicaciones y de mortalidad de lo que ya conocemos. Puede venir a agravar una situación que de por sí ya es complicada, aunque no produzca mayor gravedad, porque la gravedad ya la tenemos».
Y completa que en este momento existen dos carreras en el planeta: «Una es la que tiene el virus que al pasar de ser humano en ser humano gana posibilidades de modificarse genéticamente y generar nuevas variantes, cuya meta final es transformarse en otro virus, con lo que volveríamos a foja cero, algo nada deseable que esperemos que no ocurra. La otra carrera es lograr que la población acceda a las vacunas eficaces y seguras para disminuir la transmisión viral alcanzando altas tasas de vacunación. Hay dos maneras de impedir que el virus cumpla su meta: las vacunas y buscar a los asintomáticos para testearlos con PCR de calidad para cortar la transmisión».
Inmunización
Las vacunas disponibles en el mundo, ¿sirven para controlar la variante del Reino Unido? «Sí -afirma López-. Los estudios que elaboraron los productores de vacunas, incluyendo la Sputnik V, muestran que siguen siendo eficaces contra esta mutación».
Y agrega Gentile: «Lo primero a lo que uno le presta atención es a si esas mutaciones se dan en la proteína de la espiga (proteína S). A lo largo de la pandemia se dieron muchas mutaciones, pero a las del Reino Unido, Sudáfrica y Río de Janeiro se les prestó más atención porque son en la proteína que se une al receptor ACE 2, la llave que permite la entrada del virus a las células. Mientras la variante de Río tiene seis mutaciones, la del Reino Unido posee 23, pero no se traduce en cuadros clínicos más graves, ni más hospitalizaciones. Tampoco afectan la eficacia de las vacunas».
Debbag, en cambio, indica que los estudios documentaron que las vacunas de Pfizer, Moderna y AstraZeneca funcionan frente a la variante del Río Unido, la de Río de Janeiro y la de Sudáfrica. «Pero de la Sputnik V no tenemos datos -comenta-, son todos comunicados del mismo instituto que la produce».
Todos los expertos coincidieron en enfatizar las mismas recomendaciones frente al SARS-CoV-2: usar tapabocas correctamente, conservar la distancia social, lavarse a menudo las manos o limpiarlas con alcohol al 70% o alcohol en gel, evitar las aglomeraciones y los lugares cerrados. «Cuanta más transmisibilidad, más riesgo de que en las sucesivas replicaciones salga ´fallada’ alguna de las copias que el virus hace de sí mismo cuando entra a la célula y comiencen las mutaciones. Por eso, hay que impedir que el virus se transmita», concluye Gentile.
(Fuente:La Nacion/Por: Gabriela Navarra)