Hasta el momento, de acuerdo con la información oficial, se contrataron a 330 médicos, 125 profesionales de otras disciplinas, 587 enfermeros, 343 trabajadores de limpieza, 94 técnicos y 41 empleados de otros rubros
Unos 1.520 agentes sanitarios entre médicos, profesionales de otros rubros, enfermeros, técnicos y empleados de limpieza ingresaron a trabajar en 44 hospitales públicos bonaerenses durante la emergencia por el coronavirus, se informó oficialmente.
Cinco días después del inicio de la cuarentena por Covid-19, en la web del organismo se habilitó un link para que los interesados se postulen a 3.700 puestos para fortalecer los hospitales públicos, y, en pocos días se anotaron más de 25.000 personas.
Hasta el momento, de acuerdo con la información oficial, se contrataron a 330 médicos, 125 profesionales de otras disciplinas, 587 enfermeros, 343 trabajadores de limpieza, 94 técnicos y 41 empleados de otros rubros.
Entre ese personal esencial que colabora para atender la pandemia se encuentran Juan Cruz Garriador (29) y Mónica Carbajal (36), nuevos empleados del hospital platense Rodolfo Rossi, y también Andrea Roberto (45), quien desde el 1° de abril trabaja en el hospital San José de Pergamino.
En declaraciones a Télam, ellos contaron los protocolos que siguen, los recaudos que toman y los temores que sienten al ponerle el cuerpo a esta particular situación.
Garriador, vecino de la localidad platense de Los Hornos, se recibió de enfermero profesional hace dos años pero no tenía un empleo fijo, y cuando se enteró de que iban a nombrar a más de 4.000 agentes hospitalarios, no lo dudó: «Me fui con mi currículum a varios hospitales de La Plata y enseguida me llamaron del Rossi y empecé», explicó.
Aseguró que desde el momento en que eligió su carrera conoce los riesgos y sabe que «atender a un enfermo de coronavirus es parte del trabajo» y agregó que se siente «muy apoyado por la gente del Rossi y los jefes de enfermería que tienen mucha experiencia».
En las áreas más expuestas al virus, por donde pudo haber pasado alguna persona infectada o muestras del virus que se analizan en el laboratorio, el personal debe estar protegido con camisolín, guantes, barbijo, antiparras, máscara, cofia y botas.
También debe estar capacitado en cómo colocarse y, sobre todo, en qué orden sacarse cada elemento para evitar que el kit de bioseguridad se convierta en fuente de contagio.
«Antes de salir del hospital me cambio y cuando llego a mi casa también», comentó Garriador y apuntó que «lo primero que hago es dejar las zapatillas afuera y sacarme la ropa, que va directo al lavarropas porque tengo que cuidarme y cuidar a mi familia»:
En tanto, Carbajal -vecina de Tolosa y madre de tres adolescentes- aseguró que hasta ingresar al hospital Rossi como empleada de limpieza, hace una semana, se dedicaba a cartonear en la calle.
«¿Que si tengo miedo? Al principio un poco, pero después pensé: ‘si yo me pongo todo lo que me dan y tomo las precauciones necesarias voy a estar bien'», reveló.
«Soy consciente de que gracias a nuestro laburo se ayuda a toda la sociedad y la gente nos lo reconoce», manifestó la mujer que tiene a cargo la limpieza de los pisos de consultorios, guardia y de algunas salas en el hospital del barrio Hipódromo.
Apuntó que su tarea consiste en la desinfección del consultorio febril con lavandina y dijo que «limpiamos pisos, picaportes, puertas y para eso me tengo que poner doble guante, botas, camisolín, cofia, antiparras y barbijos».
Desde el hospital de Pergamino, Andrea Roberto -una mujer viuda y madre de dos hijas de 13 y 19 años- relató que trabaja en la limpieza del sector de clínica médica y traumatología «provista con todos los instrumentos de protección» y añadió que cuando llega a su casa «extrema» los recaudos porque una de sus hijas tiene epilepsia y es paciente de riesgo.
La trabajadora reflexionó que «hay mucha gente que todavía no toma conciencia y no respeta la cuarentena, pero debemos ser precavidos y cuidarnos entre todos». (Telam)