La Vicepresidenta no habló de candidaturas, dio señales de que no se va a postular y planteó que hay que generar «un programa de Gobierno» para discutir la inflación, el acuerdo con el FMI y la economía bimonetaria.
La vicepresidenta, Cristina Fernández, concretó su esperado discurso en el Teatro Argentino de La Plata, donde presentó la Escuela Justicialista Néstor Kirchner y dio su clase magistral denominada “Argentina circular”. Más allá de la gran expectativa que había alrededor de su presentación, no hubo confirmación de candidaturas y sí una frase contundente en uno de los tantos momentos en que los presentes cantaron “Cristina Presidenta”: “Yo ya viví, ya di lo que tenía que dar”.
La Vicepresidenta hizo un pormenorizado análisis de la situación económica actual, a la que ligó con el pasado, presentando la idea de circularidad de los procesos políticos. Realizó una historización de las crisis de los últimos años, partiendo de la pregunta “quiénes se tenían que ir” poco tiempo antes de que asumiera Néstor Kirchner, retomando la proclama de aquellos años “que se vayan todos”. En esa línea, explicó el Plan de Convertibilidad de los años ’90 y criticó fuertemente el plan de dolarización que hoy proponer Javier Milei desde su espacio político La libertad Avanza. Luego analizó el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y señaló como otras veces por qué hay que revisarlo, y lo ligó al problema de la inflación y al de la formación de precios y la concentración empresarial.
“¿Quienes se tenían que ir? La Alianza, la primera experiencia de Gobierno de coalición de la República Argentina”, enfatizó. “Allí se produce el estallido de la convertibilidad. La bomba explotó en la cara de 40 millones de argentinos, en las plazas, la desocupación y en los depósitos en plazos fijos”, sintetizó.
“¿Qué fue esa convertibilidad? Un peso igual a un dólar. Fue la dolarización de la economía”, indicó la vicepresidenta, y comparó a Domingo Cavallo, sin nombrarlo, con Javier Milei.
Luego de contar una anécdota personal del año 1989, Fernández detalló el Plan Bonex: “Significó que en vez de darte tu plazo fijo te daban un bonito, que se pagó a los 10 años. En virtud de ese Plan Bonex pudo anunciar la convertibilidad un año y pico después. Fue sostenida con los dólares de las privatizaciones y del endeudamiento que el Estado tomado. Eso no duró, obviamente. Le explotó a otro Gobierno. Y terminó como empezó, con la captura de todos los plazos fijos y los ahorros”.
En esa línea, reflexionó: “Nos vienen a decir que lo que fracasó años atrás hoy nos puede salvar. Estamos discutiendo lo que fracasó hace 20 años”. Sin nombrarlos, hizo referencia al jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, quien durante el gobierno de La Alianza estuvo al frente del PAMI y a Patricia Bullrich, quien era ministra de Trabajo. “Es como una eterna Argentina Circular, en los personajes, en las propuestas”, puntualizó, y añadió: “Tenemos que convocar a los jóvenes y superar los veinte minutos del Tik Tok para conversar porque si no es imposible”.
De igual modo, analizó qué tipo de crecimiento de la economía tuvo Argentina durante el último Gobierno, mucho más precario, al volver a depender del Fondo Monetario Internacional (FMI). En esa línea, volvió a hablar del acuerdo con el organismo de crédito internacional, el que calificó de inflacionario.
“Es necesario revisar, no para no pagar, lo que queremos es que se revisen las condicionalidades y habrá que discutir que los fondos que se paguen estén atados al superávit comercial que son los únicos dólares que producimos”, expresó.
“En el FMI hay halcones y palomas, a mí me cuesta entender la lógica porque yo soy pingüina, soy una ave, pero los halcones y las palomas vuelan solas, los pingüinos van juntitos, somos aves más colectivas. Solos no hacemos nada ni llegamos a ninguna parte”, añadió.
Sobre la inflación, una vez más volvió a enfatizar por qué no es el déficit fiscal el causante del problema y apuntó al gasto tributario.
“El gran caballito de batalla fue la meta del déficit fiscal que se sobre cumplió y la inflación creció igual. La inflación está atada a la escasez de dólares en una economía bimonetaria como la nuestra”, señaló la Vicepresidenta.
“¿Por qué no es el déficit fiscal? Si analizamos el llamado gasto social representa el 1,9 del PBI. Pero el gasto en materia de eximiciones, alícuotas quebradas, gente y sectores que no pagan impuestos o pagan la mitad es del 4,6 del PBI. Yo me quejo más de los que tienen plata y no pagan los impuestos. Si revisáramos el gasto tributario, no tendríamos déficit fiscal. Tenemos que volver a hablar con las empresas para ver cuánto pone cada uno”, añadió.
“Basta del slogan del déficit fiscal. Los políticos hacen cola para ir a los plenarios de los empresarios a decir cuanta gente van a echar. Todos hacen competencia a ver quién es más malo, quien va ajustar más. ‘Hay que hacer una brutal desregulación económica como la de Cavallo’, dijo Rodríguez Larreta. Qué están diciendo. Hay que hacer una discusión con números objetivos y concretos”, enfatizó.
Sobre el problema de la formación de precios, Fernández sostuvo que hay que mencionar las empresas que concentran la producción “con nombre y apellido”.
“Tenemos que abordar una estructura de conformación de precios que dista mucho de las posturas liberales. ¿Qué dice la teoría liberal? ¿Cómo son los mercados? Muy diversificados. Tienen productos homogéneos. Además todos los factores tienen una información perfecta y todo circula libremente. Esto no estaría sucediendo en la República Argentina”, indicó.
“Hay que empezar a hablar con nombre y apellido. Unilever, Arcor, Danone, Coca Cola, estas veinte empresas hacen el 74% de la facturación de lo que vos compras en la góndola”, sostuvo, y habló de la producción de la leche, ideos, galletitas, y puntualizó qué producción concentra cada empresa.
“Frente a estos sectores concentrados, hay una política, un Estado cada vez mas fragmentado. A quién le van a hacer creer los políticos que van a hacer algo en este estado de cosas. No me jodan más”, enfatizó, mientras los presentes le cantaban “Cristina presidenta”.
“Presidenta no, acá no es casualidad que la única dirigente política que fue condenada, proscripta, a la que intentaron asesinar, es una sola y no quiero ser autorreferencial. Esos mamarrachos que andan diciendo que la casta tiene miedo… ¿Qué me venís a joder si nunca te pasó nada? ¿De donde te tengo miedo? Caraduras”, enfatizó con vehemencia, y añadió: “Miedo tengo de que mis nietos tengan que vivir en un país tan injusto. Yo ya viví, ya di lo que tenía que dar”.
Para concluir, expresó: “Tenemos que hacer un programa de Gobierno en el que discutamos estas cosas. Hoy el capitalismo ya no es una ideología, es el modo de producción de bienes y servicios más eficiente. La gran discusión no va a ser si el capitalismo sí o no, sino quién conduce los procesos de producción para no dañar el medio ambiente, para que haya mayor igualdad, si los dejamos a los mercados o el Estado y la política vuelven a tomar la dirección. Esto es lo que decía Perón”.
En la mesa, junto a Cristina Fernández, se sentaron algunos miembros de la Escuela Justicialista Néstor Kirchner: el titular de ARBA, Cristian Girard; la diputada Mónica Litza; Rodrigo Rodríguez; Virginia García y Nicolás Trotta.
Quien rompió el hielo de la jornada fue el exministro de Educación Trotta. Sostuvo que “el justicialismo es pueblo, interpreta” y recordó la llegada a la Presidencia, hace veinte años, de Néstor Kirchner, lo que significó la irrupción de la militancia.
Sobre la Escuela Justicialista Néstor Kirchner, Trotta indicó que es “el legado de la Escuela Superior Justicialista creada por Juan Domingo Perón”, y expresó que “es escuela porque la construcción de conocimiento por parte del pueblo es inseparable de la militancia y la acción política, y es escuela porque colectivamente enseñamos y aprendemos”.
En esa línea, aseveró que “lleva el nombre de Néstor Kirchner porque con coraje, creatividad y liderazgo hizo posible que nuestro país resurgiera luego de los embates del neoliberalismo”.
Militancia y funcionarios, presentes
Una multitud acompañó el acto en las calles aledañas del Teatro Argentino de La Plata, en pleno centro de la capital provincial, donde pudieron seguir el discurso a través de pantallas. En las butacas de la Sala Ginastera se pudo ver a funcionarios del Gabinete nacional, legisladores, intendentes, miembros del Gabinete provincial y figuras de la cultura.
El gobernador, Axel Kicillof, se sentó junto al diputado y titular del PJ bonaerense, Máximo Kirchner, quien se ubicó al lado de la presidenta de la Cámara de Diputados de la Nación, Cecilia Moreau, y en la misma fila que la vicegobernadora Verónica Magario y el jefe de Gabinete bonaerense, Martín Insaurralde. (DIB) ACR