Una presentación que deja al descubierto el lawfare
El escrito presentado por el abogado Carlos Beraldi expone con claridad el funcionamiento del dispositivo de persecución judicial del macrismo. Hace foco en la actuación de Gustavo Hornos y Mariano Borinsky, los camaristas que visitaban a Macri.
“La causa del Memorandum es, sin lugar a dudas, una de las más escandalosas que registra los anales de nuestra jurisprudencia”. Con esta frase enunciada en un escrito de 82 páginas firmadas por su abogado, Carlos Beraldi, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner pidió este martes la nulidad de la causa del Memorándum de Entendimiento con Irán y el sobreseimiento de todos los acusados, en especial el fallecido canciller Héctor Timerman. El centro del durísimo texto es la actuación de los camaristas de Casación, Gustavo Hornos y Mariano Borinsky, que intervinieron en todos los momentos claves del expediente, pese a haberse excusado de cualquier causa relacionada con el atentado contra la AMIA: permitieron que se reabriera el caso cerrado por inexistencia de delito, habilitaron la existencia de un expediente mellizo, fueron decisivos para que la instrucción recayera en Claudio Bonadio y, mientras tanto visitaban a Mauricio Macri en la Casa Rosada y en la Quinta de Olivos, ocultando esas visitas. Además, Borinsky apareció asesorando las presentaciones de la DAIA en ese mismo expediente.
Beraldi y CFK piden la nulidad de toda la causa por la falta de imparcialidad e independencia de Hornos y Borinsky que no sólo intervinieron de manera irregular en los momentos claves, sino que participaron de todas las causas en las que se acusó a la expresidenta, salvo en una. La presentación se hizo ante el Tribunal Oral Federal número 8, que está a cargo del juicio, pero la vicepresidenta y su abogado prevén llegar con el planteo hasta la Corte Suprema.
Contexto
El letrado describió todo el armado de la persecución política, el contexto general en el que se desarrolló la feroz ofensiva en la que se enmarcó la causa del Memorándum. El gobierno de Mauricio Macri intentó designar a dos jueces de la Corte Suprema por decreto, presionó de forma feroz para que renuncara la procuradora Alejandra Gils Carbó; designó irregularmente a Laura Alonso en la Oficina Anticorrupción; puso al frente de la Unidad de Información Financiera a funcionarios que habían pasado por organismos o empresas imputadas por lavado de dinero; creó un grupo de tareas en la AFIP; promovió una reunión en el Banco Central para ver cómo se podía acusar a Florencia Kirchner; estableció la doctrina Irurzun para enviar a prisión a exfuncionarios; desplazó a Eduardo Freiler de la Cámara Federal con una maniobra grotesca en combinación con la Corte Suprema; trasladó a jueces como Leopoldo Bruglia, Pablo Bertuzzi y Carlos Alberto Mahiques para copar cámaras y tribunales, intentó crear un tribunal oral específico para juzgar a exintegrantes del gobierno de CFK y, sobre todo puso en marcha una cantidad enorme de operaciones de persecución desde la Agencia Federal de Inteligencia (AFI). El centro de comando fue la mesa judicial que se reunía cotidianamente en la Casa Rosada.
Justicia
Con mucho detenimiento, Beraldi detalla que la persecución judicial se instrumentó a través de dos jueces, Claudio Bonadio y Julián Ercolini, el copamiento de la Cámara Federal y principalmente a través de Hornos y Borinsky en todos los expedientes contra CFK, salvo uno. Así, ambos camaristas fueron claves en las causas dólar futuro, Vialidad, Hotesur, Los Sauces, la conocida como Ruta del dinero K y Memorándum.
La participación más escandalosa se produjo en ésta última:
- Un plenario de la Cámara de Casación dispuso que todos los expedientes relacionados con el atentado contra la AMIA debían ser tramitados en la Sala II de Casación. Sin embargo, Hornos y Borinsky intervinieron como Sala I y también como Sala IV.
- El instructor inicial del expediente fue Daniel Rafecas, quien archivó la causa por inexistencia de delito. Sin embargo, Hornos y Borinsky dictaron la reapertura.
- Hornos y Borinsky permitieron además el surgimiento de una causa melliza e hicieron posible que la instruyera Bonadio, cuando este había sido expulsado de otra de las causas vinculadas a AMIA.
- Cuando las partes cuestionaron a Hornos y Borinsky por parcialidad, el planteo fue rechazado, no por otros jueces de la Casación, sino por los mismos Hornos y Borinsky.
- En el expediente que instruyó Bonadio se dicto la prisión preventiva, incluso ilegalmente de CFK y Timerman y se envió a la cárcel a Carlos Zannini, Fernando Esteche, Luis D’Elía y Jorge Khalil Youssef.
- Una vez elevada la causa a juicio, se pretendió que quedara en manos de un tribunal creado específicamente, el TOF 9. El hecho fue tan escandaloso que tuvo que ser desarmado por la Corte Suprema. Tras un nuevo sorteo, el juicio quedó asignado al TOF 8, pero nuevamente intervinieron Hornos y Borinsky para desplazar una jueza.
Ocultos
El punto nodal del escrito de Beraldi es que mientras todo esto ocurría, en secreto, Hornos y Borinsky visitaban a Macri en Casa Rosada y en la Quinta de Olivos. Además, en el celular del secretario de Macri, Darío Nieto, se encontraron recordatorios de que el expresidente debía hablar con Borinsky de tal o tal otro tema.
Las seis visitas de Hornos a Casa Rosada, dos de Hornos a Olivos y otras 15 de Borinsky también a la Quinta Presidencial, ocurrieron en momentos de decisiones relacionados con la causa del Memorándum. “Si en los referidos encuentros -señala Beraldi- se hubieran tratado temas judiciales específicos, estaríamos ante una conducta delictiva de gravedad institucional. Se trataría de una verdadera asociación ilícita. Pero si no fuera así, y los encuentros fueran para actividades sociales y deportivas como dicen los magistrados, nada cambia en el planteo. Es tan intensa la sospecha de parcialidad a partir de los encuentros referidos que la validez de su actuación no puede ser mantenida”. La conclusión de Beraldi es categórica: Hornos y Borinsky no tuvieron ni independencia ni imparcialidad, por lo tanto, toda su actuación fue nula y eso deviene en que la causa es nula porque sus intervenciones fueron decisivas.
Pregunta
En la página 64 de su escrito, Beraldi se hace la siguiente pregunta: “¿Qué hubiese ocurrido si Hornos y Borinsky se veían a escondidas con Cristina Fernández de Kirchner?”
“A fin de dar respuesta a tal interrogante no hace falta extremar la imaginación: basta con recordar la situación que se dio en el caso del juez Casanello en la causa de la Ruta del dinero K. Como se recordará se intentó desplazar al nombrado magistrado inventándose que había tenido una reunión en Olivos con CFK. Dijo entonces la Sala II de la Cámara de Apelaciones que ‘de corroborarse tales reuniones en Olivos, resulta -como mínimo- causal de apartamiento del magistrado’”. Parece evidente -concluye Beraldi- que si en aquel caso, que se demostró falso porque Casanello nunca fue a Olivos, correspondía sacar al juez, en la causa del Memorándum debe nulificarse todo lo que hicieron Hornos y Borinsky.
En concreto, Beraldi-CFK no sólo piden la nulidad del juicio y de todo el expediente sino el sobreseimiento de los imputados. En especial se menciona al fallecido canciller Héctor Timerman que fue sobreseído, pero por su muerte: Beraldi pide ahora que se lo declare inocente de forma específica.
FUENTE: PAGINA 12