Hace dos días que rige la obligatoriedad de aceptar tarjetas de débito como forma de pago en comercios y ya hay pedidos de reuniones con el Gobierno e incluso una posible convocatoria a una marcha. Es que supermercados chicos, almacenes y quioscos se quejan de las comisiones que deben abonar por esas operaciones, lo que los dejaría sin ganancias o directamente con pérdidas ante la venta de ciertos productos de escaso margen, como pueden ser los cigarrillos, un sachet de leche o la carga de la tarjeta SUBE. Además, reclaman que la instalación de la terminal POS sea gratuita indefinidamente y no sólo por dos años, como rige ahora. Por otro lado, la Asociación de Supermercados Unidos y la Cámara Argentina de Comercio celebraron la medida porque creen que ayudará a reducir la informalidad.
Uno de los que criticó duramente la medida fue el presidente de la Unión de Kiosqueros de la República Argentina (UKRA), Adrián Palacios, que afirmó que la disposición «beneficia a los grandes supermercados y bancos». «Esto afecta a los quiosqueros, almaceneros, verduleros y carniceros. No estamos conformes con los costos del servicio. Los bancos nos cobran un 1,5% entre la comisión del 1,1% por tener el sistema y gastos administrativos, y el cobro con débito recién lo vemos en 48 horas. En una venta como cigarrillos, en la que el margen es 3%, sólo ganaríamos un 1,5%. Perderíamos rentabilidad», afirmó.
Este no es el peor caso, según destacan, sino que si alguien quisiera cargar con débito la SUBE -lo que a los quiosqueros les reporta una ganancia aproximada del 1%- directamente perderían dinero. Lo mismo si alguien quisiera pagar los cigarrillos con Mercado Pago, cuya comisión por el pago con débito es de 3%.
«Queremos que la AFIP nos dé tiempo para negociar con los bancos y para la instalación de la POS. Que no multen o clausuren quioscos por no cobrar con débito ciertos productos», explicó Palacios, y dijo que están conversando con la Secretaria de Comercio, pero no descartan una movilización.
En tanto, el presidente de la Federación de Supermercados y Asociaciones chinas, Miguel Calvete, también se quejó de las comisiones y dijo que la que se abona para las tarjetas de crédito, del 2,35%, «es de las más caras de la región», además del costo del POS, de $300.
Sin embargo, Calvete dice que a esto se agrega el efecto en cascada sobre la cadena de valor del impuesto a los Ingresos Brutos, del 5 al 8% del producto final dependiendo de la provincia. «Hay que ver cuál es la rentabilidad del comercio de proximidad. Si cargan la SUBE, pierden dinero, lo mismo si venden con débito o crédito un sachet de leche, con una rentabilidad de dos puntos. Deberían exceptuarse los bienes de la canasta básica, subir la compra mínima con débito a $200 y llevar las comisiones por compras con débito a 0% y las de crédito a 1,5%», opinó.
Además, Calvete se quejó por la falta de reglamentación del Banco Central de otras aplicaciones que sólo cobran un 0,2% de comisión.
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