El flamante dueño de la cadena tuvo un cara a cara con los empleados que protestan porque aspiran a ser indemnizados tras la venta de la empresa
El empresario Francisco De Narváez, dueño del grupo titular de Walmart argentina, permanece junto con el directorio de la empresa en el Centro de Distribución de Cuartel V, Moreno, provincia de Buenos Aires. El establecimiento que abastece a las 92 sucursales de la cadena de supermercados se mantiene sitiado por una protesta del Sindicato de Camioneros que reclama la indemnización y reincorporación de 505 empleados de la firma que están bajo el convenio colectivo del gremio debido al reciente cambio de manos de la sociedad.
El Grupo De Narváez compro la operación local de Walmart en noviembre del año pasado, luego de meses en los que la empresa estadounidense evaluó alternativas para dejar el país. El conglomerado que hasta 1998 operó la cadena de supermercados Casa Tía volvió así al negocio minorista de grandes superficies.
Walmart es la cuarta cadena de supermercados más importante del país detrás de Carrefour, Cencosud (Jumbo, Disco y Vea) y Coto. Tiene 31 hipermercados, dos tiendas mayoristas “Punto Mayorista” y el resto también supermercados Changomas. Tiene unos 10.000 empleados en total. Pero a poco de haber tomado el control de la empresa, un conflicto con el Sindicato de Choferes de Camiones (SICHOCA) amenaza con dejar a su red de sucursales sin abastecimiento.
Según Juan Pablo Quiroga, director de Relaciones Institucionales de Walmart, el “la razón que ellos [Camioneros] esgrimen sostiene que de 718 personas que trabajan en el centro de distribución deberíamos despedir a 505, que están bajo el convenio de camioneros, y recontratarlos respetando la antigüedad” debido al cambio de titular de la compañía.
La empresa resiste el reclamo, ya que -sostiene Quiroga- “todos los contratos hoy por hoy se mantienen con el mismo empleador, los compromisos eran los mismos que eran antes de la venta de la empresa, y lo que se reclama es una práctica ilegítima, no prevista por ningún marco legal vigente”.
Anoche, la empresa publicó una solicitada en distintos medios denunciando las dificultades para operar y, desde las 4 de la mañana De Narváez junto con miembros del directorio de la empresa llegaron al Centro de Distribución Moreno de Walmart. La comitiva de directivos incluyó a Bernardo Marlats, director de logística, Sandra Barragat, directora de la empresa, y Quiroga.
“Estamos desde la mañana siguiendo la operación para ver si se puede trabajar o no, el minuto a minutos desde acá”, dijo Quiroga a Infobae.
“Hasta este momento el centro de distribución no procesó ningún bulto. No se descargó un camión ni se movió mercadería afuera”, agregó.
La empresa asegura que en los últimos 15 días el sindicato impulsó medidas de fuerza encubiertas, como asambleas y otras actividades, destinadas a entorpecer el trabajo en el depósito. Como resultado, la actividad del Centro de Distribución se redujo a un 25% de lo habitual
Hoy, en cambio, la actividad se redujo a cero. Con unas 50 personas bloqueando el acceso a camiones, más los empleados adentro de la planta sin la posibilidad de trabajar ya sea porque se pliegan a la medida de fuerza o porque no tiene forma de trabajar.
Según contó a Infobae Marcelo Aparicio, número dos de Pablo Moyano en Camioneros, De Narváez llegó temprano a hablar con los empleados.
“En forma provocativa fue hoy a la empresa, no va nunca, preguntándole a la gente. Bajó y dijo ‘¿qué pasa muchachos, en qué los puedo ayudar?’”, aseguró el líder sindical.
El reclamo de Sichoca es que la empresa que empleaba a sus 505 afiliados, Walmart Argentina, ya no tiene relación laboral con ellos y no pagó indemnización. Ahora, sostienen, los recibos de sueldo son de otra sociedad de nombre Dorinka SRL.
“¿Y si la gente no quería seguir con la relación laboral? Él [por De Narváez] nunca le consultó a los trabajadores si se querían queda trabajando con él o si preferían ser indemnizados antes que quedarse en su empresa”, sostuvo Aparicio.
La empresa, por su parte, llama la atención sobre problemas de abastecimiento en toda su red.
“Las sucursales más chicas, de 1.000 metros cuadrados o menos y que no cuentan con un depósito importante, son las que se resienten primero”, dijo Quiroga. “Las más grandes, con depósitos importantes, pueden aguantar más tiempo. Pero ya estamos sufriendo desabastecimiento en muchos rubros y, si esto se mantiene, se va a agravar. Los productos de alta rotación como leche, harina, aceite y otros que la gente compra todos los días son los que más faltan”, agregó.
En su solicitada de anoche, la empresa llama al Gobierno a que intervenga dado que no encuentra otra solución. (Fuente: Infobae)