A24 horas de haber sido ingresado sorpresivamente a un sanatorio privado porteño, el ministro de Salud de la Nación, Ginés González García, fue dado de alta.
Según el escueto parte oficial del organismo que dirige el médico de 74 años, el egreso del Sanatorio Otamendi se produjo este mediodía «luego de recibir el alta médica, debido a su buena evolución».
«Se encuentra en buen estado de salud, con diagnóstico de hematoma subdural laminar crónico, el cual no le genera ningún tipo de alteración neurológica; reincorporándose a sus actividades laborales en forma inmediata», cerraron desde el Ministerio de Salud.
En una entrevista con el canal Todo Noticias, tras su alta, González García dijo: «Soy cabeza dura, me siento bien. Hable con el Presidente y la Vicepresidenta, me hicieron llegar su afecto. No me hicieron el hisopado» [por Covid-19].
Ayer, durante su internación, el ministro explicó que se le había dormido la mano izquierda y que un estudio tomográfico había descubierto un hematoma subdural de larga data. «Parestesia» es el término clínico para designar cosquilleo o adormecimiento de una zona del cuerpo. Puede originarse por una compresión del nervio periférico o, si se presenta súbitamente, por un evento isquémico cerebral».
Tras la internación, Juan Antonio Mazzei, especialista en medicina interna y miembro de la Academia Nacional de Medicina, explicó que «el hematoma subdural es la acumulación de sangre entre la corteza cerebral y la duramadre (la meninge exterior) por ruptura de vasos sanguíneos. Si son pequeños, no se hace nada. A veces, es necesaria una cirugía».
Cristian Fuster, el neurocirujano que operó a Cristina Kirchner de esa misma afección (pero en su caso, provocada por un golpe), coincidió en que, a los 74 años, no es una afección improbable: «Los hematomas subdurales se dividen en agudos y crónicos, la diferencia es que el primero da síntomas enseguida y el segundo puede darlos varias semanas más tarde. El pronóstico en general es bueno. Hay que decidir si es o no quirúrgico».
«En general, los de más de un centímetro de diámetro uno los supervisa más de cerca o los opera, depende de si dan síntomas o no, hay que evaluarlos sobre el paciente. Suele recomendarse reposo de actividad física intensa. Si hubiera que operarlo, tal vez tendría que estar unas tres o cuatro semanas ‘fuera de combate'», concluyó. (La Nación)