Dolor en el último adiós a Mariano Barberi, asesinado en Palermo de una puñalada

Los restos del ingeniero civil fueron trasladados al cementerio de San Fernando. Su viuda pidió que el crimen “no quede impune”.

Los restos del ingeniero civil Mariano Barbieri, asesinado el miércoles por la noche en los bosques del barrio porteño de Palermo, fueron inhumados este sábado en el cementerio de San Fernando, mientras los investigadores continuaban abocados a identificar al homicida. Su viuda afirmó en el velatorio que “Mariano era un loco lindo que le encantaba la vida, fue a hacer una meditación de la Luna y terminó apuñalado por un hijo de puta”. “Que esto no quede impune”, imploró la mujer.

El cortejo fúnebre partió a las 9.34 desde la casa funeraria Lestrade, situada en 3 de Febrero 737, hacia el cementerio municipal de San Fernando ubicado en la avenida Sobremonte al 2700, a casi 30 cuadras de distancia.

Familiares y amigos de Barbieri, algunos de ellos con paraguas, llegaron al lugar en silencio y bajo la lluvia despidieron los restos de la víctima.

“Lo mataron por un celular de mierda”

La despedida a Barbieri comenzó ayer por la tarde en una casa velatoria de San Fernando. Allí su viuda expresó con dolor que “Mariano era un loco lindo que le encantaba la vida, fue a hacer una meditación de la Luna y terminó apuñalado por un hijo de puta, lo mataron por un celular de mierda”.

Alrededor de las 20, Maricel González Flores, viuda del ingeniero; el hermano y el padre de la víctima, sumados a amigos y otros familiares, salieron a la puerta de la casa funeraria donde velaban los restos del hombre, con carteles que pedían “#Justicia por Mariano Barbieri” y lo despidieron con aplausos.

“Queremos justicia, no puede ser que una ciudad como Buenos Aires con tantas cámaras todavía no dé con la persona, queremos justicia”, dijo la esposa del ingeniero asesinado, en la puerta de la casa funeraria Lestrade, situada en 3 de Febrero 737, en la localidad bonaerense de San Fernando.

La mujer, junto a Fernando Barbieri, hermano del hombre asesinado, agradeció “a toda la gente” que le “escribió por las redes”, entre ellas Elsa, “la chica que asistió a Mariano” mientras estaba agonizando en la heladería Cremolatti, a la que agradeció “eternamente”.

“Mariano era un loco lindo que le encantaba la vida, era tan bueno que pensaba que no había maldad, así salió a Palermo a caminar. Fue a hacer una meditación de la luna y terminó apuñalado por un hijo de puta”, afirmó Maricel, quien agregó: “No tenía nada, tenía un celular de mierda todo roto porque había ido en pantalón y remera”.

En ese sentido, la esposa del ingeniero pidió que el crimen “no quede en la nada”. “Siempre lo escuchamos en la televisión y hoy nos tocó a nosotros. Mariano y yo teníamos un bebé de dos meses. Mi bebé se quedó sin papá. Mariano no se resistió, estoy segura, no llevaba nada. Que no quede impune”, concluyó entre lágrimas.

En busca del sospechoso

En tanto, los investigadores seguían analizando las cámaras de seguridad en busca de alguna pista sobre el paradero de un hombre de unos 30 años que vestía un buzo rojo y que se convirtió en el principal sospechoso del asesinato.

El fiscal en lo Criminal y Correccional 36, Marcelo Munilla Lacasa, recibió en las últimas horas el resultado positivo de sangre humana hallada en el cuchillo que fue secuestrado en el marco de la causa, aunque ahora deberán establecer si pertenece al ingeniero asesinado en base a una comparación de ADN que demandará varios días.

A su vez, el informe preliminar de la autopsia reveló que Barbieri murió de una sola puñalada que ingresó entre seis y siete centímetros en el tórax y le afectó el corazón.

Según el testimonio que dio a la agencia estatal Télam una fuente que trabaja en el caso, se logró “localizar al testigo que la noche del hecho llamo al 911 y brindó una descripción más detallada de cómo fue el ataque y de la descripción del agresor”.

Ese testigo es un vecino que paseaba a su perro por el parque y habló de “un hombre de una edad promedio de 30 años y que vestía un buzo colorado, jeans y zapatillas”.

Con los datos aportados por el vecino, los investigadores analizaron en primer lugar las cámaras del Centro de Monitoreo Urbano (CMU) que captaron el paso de varias personas, pero cuando baja el sol las filmaciones entran en estado nocturno y solo se observan en blanco y negro, lo que hacía imposible corroborar el testimonio clave.

Sin embargo, una cámara de seguridad privada captó al sospechoso de “buzo colorado”, con lo que se logró el “match” entre la declaración del testigo presencial y las imágenes, dijo un investigador.

A partir de la descripción del sospechoso, el fiscal Munilla Lacasa intentaba lograr conseguir imágenes nítidas del sospechoso, para poder reconstruir su ruta de llegada y de escape. (DIB) MM