Consultados por Télam, varios profesionales coinciden en el desafío y la oportunidad que da la pandemia de coronavirus para llevar adelante una reforma fiscal con el objetivo de lograr un esquema más progresivo y que incentive la inversión
Diversos economistas consultados por Télam coincidieron en el desafío y la oportunidad que da la pandemia de coronavirus para llevar adelante una reforma fiscal con el objetivo de lograr un esquema más progresivo y que incentive la inversión de las empresas y la competitividad.
Simplificar el sistema, eliminar gravámenes regresivos, reducir cargas laborales, ampliar la base imponible y aumentar la coordinación entre jurisdicciones son los principales ejes que deberían formar parte del debate.
Días atrás, el propio presidente Alberto Fernández manifestó que la pandemia de coronavirus da «la oportunidad de revisar todo, porque la economía del mundo se dio vuelta» y, en ese sentido, llamó a «escribir un sistema más justo» en el que el debate impositivo sea parte.
«Hay que aprovechar esta crisis para barajar y dar de nuevo. Pero no sólo para bajar impuestos y cambiar la estructura, sino simplificar un sistema que genera costos extra a las empresas», dijo a Télam Victoria Giarrizzo, economista investigadora de la UBA y directora de la consultora CERX.
En ese sentido, sostuvo que «es fundamental eliminar cuestiones como los saldos acumulados de IVA», que «son pequeñas cosas que restan competitividad».
«Es el momento de bajar el IVA al 15% y trabajar sobre los impuestos la trabajo para que las empresas empleen en blanco», sostuvo Giarrizzo, quien propuso «grabar sobre propiedades, bienes personales y dinero en el exterior» en base a nuevas valuaciones y mínimos imponible,
«Tenemos que lograr que el empresario no se funda y que, en lugar de ver cómo hace diferencia financiera, reinvierta sus ganancias. Para eso es fundamental cambiar el sistema tributario que hoy es extractivo con las empresas», aseguró.
Para el director del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), Hernán Letcher, «discutir la recaudación es totalmente central ya que los debates siempre se dan en torno al gasto».
Letcher dijo que la pandemia abrió «un escenario ideal para dar esa discusión».
En ese sentido, mencionó la importancia de la «solidaridad» como esencia del debate impositivo y de avanzar hacia un esquema en el que «tributen más los impuestos patrimoniales y sobre las personas».
«Es razonable, también, plantear una estructura impositiva acorde al tamaño de las empresas y a su localización geográfica para tener un esquema de promoción industrial», aseguró Letcher.
Asimismo, manifestó no estar de acuerdo con una disminución generalizada en el Impuesto al Valor Agregado (IVA) y que lo ideal en este tributo sería «devolverlo en forma segmentada a sectores que lo necesiten».
Vicente Lourenzo, contador e integrante de la Comisión Pyme del Consejo Profesional de Ciencias Económicas porteño, aseguró que «la primera reforma que habría que hacer es una unificación del sistema de impuestos» ya que sería «totalmente suicida» buscar cambios solo de gravámenes nacionales.
«Hoy tenemos tres estructuras impositivas y cada uno tira para su lado con una superposición de base imponible», manifestó Lourenzo, para quien «no tendría sentido hacer una reforma fiscal «si no debatimos en forma conjunta todos los tributos».
«Creo que es un buen momento para avanzar, hoy vas a encontrar una voluntad de diálogo en gobernadores e intendentes que no lo tendrías en un momento de normalidad», aseguró.
Por su parte, el director del Centro de Estudios Económicos de Orlando Ferreres, Fausto Spotorno, aseguró: «Hay que simplificar el sistema dramáticamente, eliminar impuestos a la producción y distorsivos, como Ingresos Brutos o el impuesto al cheque, y quedarte con sólo con esquemas de IVA y Ganancias».
La pandemia, según Spotorno, «podría ser un buen momento» para avanzar en este debate pero «todo depende de cómo se haga».
El economista -en diálogo con Télam- propuso hacer «una moratoria federal, con todos los gobiernos, para limpiar las carpetas antes de arrancar» y, para el primer año de aplicación del nuevo sistema, «un monotributo general».
«La clave es tener un proyecto económico bueno que convenza. Eso puede dar espacio para lo fiscal y para plantear una reforma tan profunda como la que necesita el sistema fiscal en la Argentina», afirmó.
El economista jefe de Ecolatina, Matías Rajnerman, sostuvo que «el gran problema que tenemos es la informalidad, que hace que pocos paguen mucho» y que «habría que ir hacia un sistema más progresivo en el que no se baje el impuesto a las Ganancias pero sí retoque el IVA, Ingresos Brutos y Bienes Personales».
«El sistema impositivo está armado de emergencia en la Argentina. Hay parches, como el del Impuesto al cheque, que van quedando de por vida y si bien nunca hay un momento óptimo para una reforma tributaria, tampoco podría descartarse avanzar en ese sentido porque es algo que hace falta», aseguró.
Por último, Melisa Sala, economista de la consultora LCG, puso el foco en «debatir el largo plazo hacia un sistema más progresivo, con impuestos concentrados en ganancias y patrimonio» y llamó a «no desaprovechar la oportunidad de una reforma integral solo para corregir cuestiones coyunturales».
«La reforma tributaria -afirmó- no debería acotarse a los impuestos nacionales. Ingresos Brutos en las provincias en algunos casos es más agresivo que IVA y los patrimoniales muchas veces se superponen con bienes personales nacional».
«El problema de estas reformas es que también tiene impacto en lo que las provincias reciben vía coparticipación, por lo que puede generar numerosas rispideces el avance de cada punto», concluyó Sala. (Telam – Por Alejandro Tejero Vacas)