El vuelco de otro micro de dos pisos sobre la ruta 2, en jurisdicción del partido de Lezama, aunque afortunadamente sin víctimas fatales pero con 49 heridos, tres de ellos de gravedad, volvió a poner en el centro de la discusión la utilización de este tipo de vehículos para el traslado de pasajeros de larga distancia.
En Argentina, estos ómnibus de doble piso representan más del 66 % del parque vehicular de pasajeros de servicio público, lo que pone de manifiesto la amplia aceptación de los empresarios del transporte a pesar de las recomendaciones que hacen los expertos en seguridad vial.
Desde la Cámara Empresaria de Buses de Larga Distancia (CELADI) señalaron que hay más 20 muertos por día en accidentes de tránsito y que los ómnibus participan en menos del 1% de los accidentes del transporte en la Argentina. “Es el vehículo de menor incidente en los accidentes. Es más probable tener un accidente en bicicleta que en ómnibus, pero cuando ello ocurre salimos en todas las noticias. Igual esto no nos quita ni mayor ni menor responsabilidad. La seguridad es una construcción colectiva que tiene que ver con la capacidad técnica del vehículo, la capacitación del conductor y el estado de ruta”, precisaron fuentes de la CELADI.
Un informe realizado por la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo), en tanto, cuestiona su seguridad y reclama que se desaliente su construcción ya que considera que no son seguros al momento de efectuar maniobras bruscas o soportar los efectos de vientos laterales de gran magnitud.
“Da la impresión que los pasajeros se inclinan por vehículos monumentales e impactantes, vaya a saber por qué extraña razón”, analizó el director de la investigación, Roberto Tomassiello, ergónomo, consultor en diseño de carrocerías y docente de la UNCuyo.
El estudio recomienda reducir su altura e incorporar puertas de emergencia laterales para mejorar su seguridad. Además, sostiene que la inestabilidad de estas unidades es un riesgo tanto para los pasajeros como para los que transitan por las rutas.
A pesas de esas críticas, desde la CELADI sostienen el diseño de las carrocerías de los micros de dos pisos “está aprobado por los máximos organismos públicos de seguridad en la materia”. Además, detallaron que “en los últimos tiempos, las nuevas unidades incorporaron, por ejemplo, frenos ABS, sistemas de control de estabilidad y neumáticos superanchos bidireccionales para una mayor estabilidad y asistencia en el manejo”.
Sin embargo, Pons lamentó que en 2011 se haya derogado la resolución de la Comisión Nacional de Transporte (CNRT) que exigía un chasis de doble eje delantero. “Hoy solo se les pide que pasen un control estático, donde se los inclina 28 grados y no tienen que volcar. Pero otra cosa son los controles dinámicos, como un volanteo o viento intenso, que pueden desestabilizar al micro. El tema es que tomar más precauciones técnicas cuestan más plata que los empresarios no quieren desembolsar”, denunció.
A diferencia de lo que sucede en nuestro país, donde estos micros recorren distancias largas, en Estados Unidos están prohibidos, en Europa se destinan a servicios turísticos en recorridos cortos (no más de 300 o 400 km), y en Latinoamérica no tienen una presencia destacada.
Según un informe divulgado por CESVI Argentina, ante un impacto estos vehículos tienen mayores posibilidades de vuelco, debido a que tienen el centro de gravedad elevado, ya sea por la amplia zona para guardar valijas o por el doble piso.
“Los vuelcos tienden a decapitar las carrocerías a la altura del antepecho, es decir en la parte baja de las ventanas laterales -explica a InfoUniversidades el especialista-. En el caso de las unidades de doble piso, ese efecto se produce en la planta superior, haciendo desaparecer virtualmente todo lo que se ubica por encima del nivel citado”, precisó Tomassiello.
Esto ocurre por una razón estructural muy sencilla, dijo Tomassiello: “Las carrocerías de ómnibus poseen un núcleo de fuerte resistencia entre los niveles del antepecho y el piso, por la sólida retícula espacial de acero que se ubica en esa franja lateral. Sin embargo, en el área de las ventanas, la resistencia disminuye sensiblemente por los grandes vanos que carecen de elementos capaces de soportar esfuerzos evitando deformarse. Hay dos zonas vecinas de resistencia desigual, prácticamente sin transición entre ellas”.
Además, advirtió que la altura provoca que se construyan escaleras empinadas con muy poco espacio para desplazarse, que sufren sobre todo embarazadas, ancianos y discapacitados.
En tanto, una investigación realizada por la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) llegó a la conclusión que el índice de peligrosidad de los ómnibus de doble piso es de 0,30 muertos cada 100 millones de pasajero-km, indicador que es casi el doble del obtenido en los ómnibus convencionales (0,16),
La aceptación definitiva de estos micros se consolidó a partir de 1992, luego de la paralización del transporte ferroviario en casi todo el país, y como respuesta a la necesidad de llevar mayor cantidad de pasajeros en una misma unidad. A ello debe agregarse que para que el servicio sea rentable, los empresarios del transporte decidieron llevar cada vez más pasajeros en una misma unidad.
Para tratar de disminuir los eventuales riesgos, se lanzaron una serie de recomendaciones como viajar del lado derecho del vehículo, elegir el piso inferior en el caso de micros con dos pisos, o viajar de día, dado que las estadísticas marcan que la mayor frecuencia de accidentes se produce del lado izquierdo del vehículo o de noche.
También se aconseja verificar que viajen dos choferes por cada unidad y observar las salidas de emergencia y los elementos de seguridad en el micro. Si bien estas cuestiones no representan una solución al problema de fondo, por lo menos son recaudos que se pueden tomar para pasar un buen fin de semana largo. (Fuente: Infozona – Por Francisco Díaz)