Según contó, el próximo domingo presentará a quien siga su legado en una misa, que se realizará en la Iglesia de Caacupé de la capital bonaerense.
Con nostalgia, pero también con la certeza de haber dejado huella y una gran obra en marcha, el Batman Solidario de La Plata terminó su misión y dio una nota al diario El Día de la capital bonaerense sin máscara y con su nombre real.
Maximiliano Altavista, un maestro de escuela de 52 años que durante una década realizó una importantísima labor solidaria en el hospital de Niños “Sor María Ludovica”, decidió dar un paso al costado y convertirse “en un Robin más”. No obstante, adelantó que el camino que inició continúará, ya que dejará un sucesor, porque su objetivo siempre fue que su labor “trascienda”.
Según contó, el próximo domingo, presentará a quien se calce el traje de Batman y siga su legado en una misa, que se realizará en la Iglesia de Caacupé, ubicada en la calle 4 y 84 de La Plata.
“Fueron diez años hermosos, maravillosos, lo volvería a hacer, pero que también demandó un desgaste a nivel psicológico y físico y a nivel familiar”, aseguró Altavista.
El Batman Solidario nació el 2 de abril de 2013, llevando una caja de lápices de colores a un grupo de chicos que estaban internados en el sanatorio, luego de haber pedido permiso a las monjas que se desempeñan en la institución.
“El único objetivo que tenía era el de visitar a las familias internadas, pero a medida que pasó el tiempo la gente confió y creamos una asociación civil y dije ‘esto no se puede desaprovechar’, y surgió la idea de hacer obras en el hospital, en las que se invirtieron millones de pesos a pulmón”, indicó.
“Decidí sacarme la máscara y darme a conocer para agradecer, y para dar cuenta de lo que podemos hacer los argentinos cuando dejamos los fanatismos de lado y las cosas se hacen como se tiene que hacer”, reflexionó. (DIB) ACR