Layla Melanie Rivero y Gabriel Barrientos estuvieron cinco días detenidos tras un erróneo informe que hicieron las pediatras del hospital Balestrini, donde falleció la menor
Los padres de la bebé de 21 días que falleció de un paro cardíaco en el Hospital Balestrini de La Matanza y fueron falsamente acusados de abusarla y matarla rompieron hoy el silencio para denunciar que fueron víctimas de la mala praxis de los médicos y de la barbarie policial.
“Es lo peor que me pasó en la vida. Fue mi primera vez en una comisaría. Ensuciaron nuestro nombre. Ahora salir a la calle me da miedo porque no sé cómo reaccionará la gente. Es horrible. No pudimos despedirla ni darle el último beso como padres”, aseguró Layla Melanie Rivero, la madre, al ser entrevistada en Radio Con Vos.
Hasta que la autopista y el informe del Cuerpo Médico Forense determinaron que la beba había fallecido por una asfixia mientras era amamantada y se descartaron las lesiones compatibles con un abuso sexual que habían afirmado las pediatras del hospital, sus padres vivieron un verdadero calvario.
La pasé mal, tanto en el hospital como en la comisaría. No se lo deseo a nadie. Tanto yo como mi pareja la pasamos muy mal. Fue de terror. Hubo maltrato físico y verbal en todos los sentidos que te puedas imaginar. Me golpearon entrando a la comisaría, yendo a dejar las huellas y estando con los reclusos, cuando me tendrían que haber dejado aislado”, relató Gabriel. Y agregó: “Los policías me decían barbaridades. Si yo, que soy hombre, viví un calvario; imagínese mi pareja, que es mujer y es la primera vez que toca una comisaría. A mi mujer también la maltrataron y la golpearon”.
Gabriel relató que estuvo dos días sin tomar agua y que los policías, al ver que tenía la boca con llagas por falta de hidratación, lo chicaneaban con que esos eran los efectos del consumo de paco. “Me decían que merecía lo peor. Estuve dos días sin tener contacto con el mundo y lo único que recibía eran insultos”, remarcó tras permanecer 5 días tras las rejas.
“Entramos al hospital por una cosa y salimos por otra. En el hospital no nos informaron nada. Nos enteramos (de lo que habían dicho las pediatras) cuando estábamos presos. Lo peor que me pudo haber pasado fue enterarme que había muerto mi beba estando preso”, se lamentó Gabriel.
“Fuimos a la comisaría a hacer una declaración y cuando nos dimos cuenta estábamos encerrados y no sabíamos por qué. Los policías me decían ‘estás en un quilombo’, ‘¿sabés por qué? porque tu hijo falleció’. Yo entré en llanto, me quería morir. En todo momento me trataron de ‘negro de mierda’. Me decían ‘a este hay que cortarle la p…’. Decían ‘este es un abusador’ y ahí es cuando empecé a sospechar. Me decían ‘no jodás más porque te voy a cagar a palos’, ‘las personas como vos no se merecen nada’”, detalló el hombre al dar a conocer el maltrato que sufrió por parte de los efectivos de La Matanza.
Cuando las policías de la Bonaerense le contaron a Layla el motivo por el cuál había sido detenida, no lo podía creer y entró en llanto. “En todo momento me decían que me ponga en contra de él y que lo embarrara porque sino me iba a ensuciar él. Jamás me puse en contra de él porque sabía que no había hecho nada”, admitió la mujer.
“Las policías me decían ‘ahora cuando te pongan con las demás presas te van a matar porque eso no se perdona’. Yo le decía que no, que estuvimos 10 años en pareja y que era imposible que haya hecho algo así. Me decían que les dijera a las presas que estaba por robo. Pero apenas entré a la celda estaba la tele prendida y una piba (que la reconoció) me tiró una patada en la cara y después eran como 20 pibas pegándome”, relató.
En un principio, ambos fueron imputados por la fiscal Silvana Breggia, de la Fiscalía Especializada en Conflictos Derivados de la Violencia Familiar y de Género y Delitos contra la Integridad Sexual de La Matanza, por el delito de homicidio agravado por el vínculo.
Pero cuando la necropsia al cuerpo de la bebé confirmó que no se hallaron lesiones que pudieran inferir una muerte traumática o indicativas de un presunto abuso sexual, tal como esgrimieron las autoridades del hospital Balestrini de La Matanza, fueron liberados.
“La nena tenía falta de oxígeno porque tenía una cardiopatía congénita que le causó una muerte cerebral. Tenía sangre en las fosas nasales y la boquita porque le fallaron los pulmones. Eso dice la autopsia y el informe del Cuerpo Médico Forense de Junín. Alguien de prensa de la policía de la Provincia dijo que la beba fue abusada y matada a golpes. Por eso vamos a denunciar a las médicas y a los policías que intervinieron en su detención”, precisó el abogado Miguel Angel Racanelli, abogado de la pareja.
“También vamos a ir contra la Jefatura Departamental de La Matanza y los efectivos de las comisarías de San Alberto, donde estuvo preso él, y de Laferrere, donde estuvo ella. Hubieran esperado el informe de la autopsia antes de accionar así. Y también voy a ir por la cabeza de la directora del hospital, que salió a hablar ante los medios que hubo un abuso”, señaló el letrado.
Para Racanelli, el diagnóstico emitido por los médicos fue “tendencioso” y el comportamiento de la policía “fue cruel a partir del informe erróneo de los médicos”. (DIB)