«Tenemos mucha incertidumbre», aseguran desde el PRO. Nadie se anima a vaticinar nada. Incluso aún no hay certeza respecto de un eventual viaje de funcionarios de nacionales con el resultado puesto. El principal temor es que el PJ meta la cola.
Ante ese panorama, la Casa Rosada espera con cautela las primarias no obligatorias de La Pampa, el primer test electoral del año que tiene al PRO y a la UCR como el mayor atractivo, en una interna que desde el Gobierno se ocuparon de desdramatizar en medio de la tensión entre los socios de la coalición de gobierno por los cierre de listas.
Carlos Mac Allister fue, durante estos años, un jugador frecuente de los partidos de fútbol de los miércoles en la quinta de Olivos. Es el candidato de la Casa Rosada cuya performance en las primarias de este domingo es toda una incógnita para Mauricio Macri y su entorno. Enfrenta al diputado Daniel Kroneberger, de la UCR, en un escenario de paridad.
No tanto por los números que registra el Presidente: aunque hace rato que las mediciones le son adversas, el centro del país es la región que mejor trata al jefe de Estado. De todos modos, el apellido Macri es, para Mac Allister, más un lastre que una bendición.
La incertidumbre del oficialismo obedece en buena medida a la imposibilidad de calcular la participación electoral por tratarse de primarias no obligatorias. El antecedente más cercano fue la consulta popular en La Rioja, que le permitirá al gobernador Sergio Casas presentarse a la re-reelección. «Teníamos números que daban a una porción mayor de los riojanos en contra de la reforma constitucional de la provincia, pero al no ser obligatoria la consulta no sabíamos cuántos irían a votar. Efectivamente, muchos no fueron», explican desde el PRO.