El Presidente intentó abrir un espacio de negociación con el jefe de Gobierno porteño, pero todo terminó rápido y sin resultado político
Horacio Rodríguez Larreta llamó a su jefe de Gabinete, Felipe Miguel, y le preguntó si ya había acordado con su colega del gobierno nacional, Santiago Cafiero, la nueva etapa de cuarentena para la Ciudad de Buenos Aires. “Sí, nos pusimos de acuerdo en todo”, contestó Miguel, que rescata la relación cordial que mantiene con Cafiero, pese a la quita unilateral de la coparticipación federal porteña que ejecutó Alberto Fernández.
Rodríguez Larreta ya no confía en la palabra del Presidente, y no se quedó tranquilo.
-Felipe. Llamalo a Cafiero y preguntale si estamos okey. Si van a cumplir. Si tenes dudas, no voy -le dijo Rodríguez Larreta a Miguel.
-Ya mismo -replicó su jefe de Gabinete.
Faltaban 40 minutos para las seis de la tarde del jueves 17 de septiembre. A esa hora, el Presidente aguardaba en Olivos a Axel Kicillof y Rodríguez Larreta para ajustar los últimos detalles de la cuarentena que se extendería hasta el próximo 11 de octubre.
“Me dijo Santiago (Cafiero) que Alberto (Fernández) avaló todo. Te esperan en Olivos”, informó Miguel al jefe de Gobierno.
Rodríguez Larreta llegó puntual a la cita institucional, saludó a Kicillof y Alberto Fernández, y esperó que todo fluyera sin problemas. No quería estar ahí, se sentía traicionado por el Presidente y estaba molestó por la continúa crítica del gobernador bonaerense a la Ciudad de Buenos Aires.
“Voy a revisar lo que charlaste con Santiago (Cafiero)”, adelantó Alberto Fernández al alcalde porteño.
La reunión se extendió por casi tres horas. El Presidente revisó todo lo que ya había acordado Cafiero con Miguel, mientras Rodríguez Larreta explicaba “con datos” porqué podía abrir espacios descubiertos en los bares porteños y habilitar ciertos casos de construcciones privadas en la Ciudad de Buenos Aires. Kicillof se quedaba callado o respaldaba a Alberto Fernández.
Al final, todo quedó igual.
Kicillof saludó al Presidente y al jefe de Gobierno, y los dos se quedaron a solas.
No era un secreto de Estado que Rodríguez Larreta preparaba un extenso escrito para defender la coparticipación federal ante la Corte Suprema y que Alberto Fernández había avanzado contra la Ciudad de Buenos Aires por exigencia de Cristina Fernández de Kirchner. La Vicepresidente considera a Rodríguez Larreta una versión mejorada de Mauricio Macri y planteó en la intimidad de Olivos que el jefe de Gobierno era “un enemigo a vencer” en el futuro mediato.
Cuando el gobernador bonaerense abandonó la sala de reuniones, ni siquiera se sentaron. Estaban tensos.
-Te quiero explicar -avanzó el Presidente.
-Todo lo que hablamos, y me entero por Wado. Vos me escribiste un minuto antes -replicó Rodríguez Larreta.
-Le pregunté a Martín (Guzmán), y me dijo que no tenía de dónde sacar plata para arreglar la situación de la policía bonaerense…
-¿Y?
-¿Vos seguís pensando en ir a la Corte Suprema…?
-Sí.
-¿Estás seguro?
-Sí. No tengo margen para otra cosa. Mañana (por el viernes 18), nos presentamos en la Corte Suprema.
Fue una conversación de dos minutos. El Presidente sugirió abrir una espacio de negociación, y el Jefe de Gobierno enterró la sutil sugerencia política. Se saludaron con formalidad y Rodríguez Larreta regresó a su despacho en la calle Uspallata.
Pocos tiempo después, en la soledad de Olivos, Alberto Fernández ejecutó su plan B. Ordenó a Cafiero que enviará al Senado un proyecto de ley que recortará aún más la coparticipación federal porteña. El Presidente ya había podado de 3.50 por ciento a 2.32 por ciento, alegando que Macri se había excedido en sus facultades administrativas. Y ahora establecía que la coparticipación de la Ciudad de Buenos Aires debía quedar en 1.40 por ciento.
A la misma hora que el procurador porteño se presentaba en la mesa de entradas de la Corte exigiendo que Alberto Fernández retrocediera en la quita unilateral de la coparticipación, ingresaba al Senado la iniciativa que golpea -una vez más- al presupuesto de la Ciudad.
La bancada oficialista de la Cámara Alta, que responde a las órdenes directas de CFK, comenzará mañana a tratar el proyecto de ley que lleva de 2.32 por ciento a 1.40 por ciento la coparticipación porteña. Y si no hay trabas inesperadas, Alberto Fernández pretende promulgar esa norma antes que concluya este año.
Rodríguez Larreta apuesta a la Corte Suprema. (Fuente: Infobae)