Oscar Kerman es un reconocido oculista en la provincia. La primera denuncia fue hecha hace apenas ocho días por una mujer de 48 años. El detalle que se repite en todos los casos. El médico fue detenido ayer por la mañana
En casi una semana, la cómoda vida de Oscar Javier Kerman, un reconocido oftalmólogo de la provincia de San Juan de 68 años, dio un giro inesperado y sumamente grave. El hombre fue denunciado por ocho mujeres, cada una por separado, por haber abusado de ellas mientras las atendía en su consultorio.
La primera de las denuncias fue hecha el jueves pasado y a partir de allí, otras siete presuntas víctimas se animaron a contar ante la Justicia lo que padecieron a manos del médico. Tras la ola de casos, el hombre fue detenido ayer en su casa del country club de Amancay, en la localidad de Santa Lucía, una zona ubicada en el Gran San Juan. Hoy viernes, un juez deberá resolver si mantiene la prisión preventiva del acusado.
El caso estalló gracias a Úrsula (su verdadero nombre se mantendrá en reserva), una mujer de 48 años que el lunes 26 de julio, a eso de las 18 horas, se acercó hasta la guardia de la clínica Santa Lucía porque necesitaba una receta para sus anteojos. Allí, tras esperar unos 20 minutos, le dijeron que el doctor Kerman la atendería. Era la primera vez que la mujer lo veía y algunos minutos después, se convertiría en una de sus víctimas.
Según la denuncia que hizo la mujer ante la UFI-CAVIG (unidad fiscal especializada en violencia de género), a la que accedió Infobae, la consulta no fue normal desde el comienzo. Kerman, con un tono insinuante, comenzó a indagarla sobre algunos aspectos de su vida personal. Quiso ganarse su confianza y se mostró simpático. Primero le preguntó la edad. Después, si tenía hijos para luego hablar acerca de la pareja de la mujer. “No podés tener 48 años”, le dijo sorprendido el médico con la intención de halagarla. Úrsula pensó que se trataba de simple amabilidad. Se equivocó.
El oculista después la hizo sentar frente a una pared y le mostró varias letras, el típico examen de diagnóstico. El doctor sólo se acercaba a la mujer para cambiar los cristales de los lentes. Mientras tanto, le charlaba de temas irrelevantes. De acuerdo con la declaración de la mujer, ella casi ni le prestaba atención, ya que su intención era dejar la clínica y volver a casa cuanto antes.
Lo que vino después la dejó en shock.
De repente, Kerman se acercó más de lo normal a Úrsula pero ella se alejó. “Yo retiré mi cabeza para atrás para esquivarlo y él se alejó. Tomé mi bolso que estaba sobre una camilla porque me quería ir y él me dijo ‘¿por qué estás tan apurada?’. Me dijo que volviera con más tiempo para hacer el fondo de ojo”, contó la víctima en su declaración ante la fiscalía.
La mujer, confiada, todavía no era consciente de lo que estaba viviendo. Se acercó hasta la puerta del consultorio para salir pero todo se agravó aún más. Kerman la siguió, lo tomó de la cintura, le dio un beso en la mejilla derecha y le hizo un comentario que ahora que se conoce el contexto, es sin dudas desagradable. “Qué lástima esto de los barbijos, que nos pone tanta distancia”, le dijo el oculista a la paciente sin sonrojarse.
Úrsula le devolvió el saludo, ya que pensaba que se trataba de una persona cordial y simpática. El oftalmólogo, siempre según su testimonio, la tomó nuevamente de la cintura, la acercó con fuerza hacia él y luego la manoseó.
La declaración de la víctima sobre el episodio impacta. “Me pareció amable que me saludara. Lo miré, me hice hacia atrás, me volvió a tomar de la cintura y me llevó hacia su cuerpo. Yo sentí mis pechos apoyados en las partes de su pecho y brazos. Me puse de espalda para abrir la puerta y este señor me tocó la cintura y deslizó una de sus manos llegando hasta los glúteos, diciéndome ‘no te pierdas, volvé así te hago un fondo de ojos’”, declaró.
La frase aún retumba en su cabeza. Úrsula salió completamente nerviosa y conmocionada. No sabía qué hacer.
Tomó su bicicleta y a las pocas cuadras de la clínica se encontró con dos de sus amigas. Al principio no las reconoció y tras varios llamados a los gritos, Úrsula entró nuevamente en sí. Se acercó y les relató lo que había pasado. El consejo de ellas fue que hiciera la denuncia. El miedo y la vergüenza invadieron a la mujer pero finalmente, tres días después, se animó y concurrió a la sede de la UFI-CAVIG.
Kerman, además de ser uno de los dueños de la clínica, integra una tradicional familia sanjuanina. Algunos de sus miembros tienen supuestos vínculos con el Poder Judicial, según fuentes provinciales. De allí viene el temor de la mujer a denunciar lo que le había pasado. Pero lo hizo: su decisión llevó a que otras siete mujeres se acercaran a la fiscalía.
La investigación quedó en manos de los fiscal Eduardo Martínez Yanzón y Claudia Salica. Esta última es la coordinadora de la UFI donde tramita el expediente. Con la primera denuncia, los funcionarios judiciales le pidieron al juez de Garantías Andrés Abelín la inmediata detención de Kerman. Pero el magistrado consideró que no había riesgo de fuga ni de entorpecimiento de la investigación y por eso no concedió la solicitud. Pero con el correr de los días la suma de denuncias llevaron a que finalmente el magistrado convalidara el pedido y ordenó la captura del oculista.
Un método que repite
La fiscal Salica confirmó en diálogo con este medio que por el momento recibió ocho denuncias. Todas ingresaron entre el jueves 29 de julio y comienzos de esta semana. De acuerdo con lo que se pudo establecer en la investigación que recién comienza, la víctimas van desde los 20 hasta casi los 50 años. Todas fueron pacientes de él y en cada uno de los casos se siguió una suerte de modus operandi: Kerman siempre abordó a sus víctimas cuando estaban por irse. Primero se mostraba simpático, se ganaba su confianza y luego cometía los supuestos abusos.
“Las mujeres denuncian actos de abuso sexual simple. Besos en la mejilla, tocamientos, manoseos en los pechos o en la zona genital. Son hechos por separado”, detalló Salica. “Todo se daba en el momento de la despedida. Primero actuaba como un médico normal y profesional en una revisión. En general, mientras gestionaba las recetas, se mostraba simpático con las víctimas. Primero trataba de chequear si la mujer estaba acompañada, en pareja, casada o a qué se dedicaba. En ese momento era cuando el abordaba a las víctimas”, indicó la funcionaria.
Medios sanjuaninos, basados en otras fuentes judiciales con acceso a la investigación, indicaron que el episodio más antiguo de los que se denunciaron hasta el momento data de principios de 2018. El más reciente fue el de Úrsula, quien luego de que el caso se filtró a nivel provincial recibió un sinfín de mensajes en las redes sociales donde muchas mujeres más coincidieron en haber sido presuntamente víctimas de Kerman. Una, incluso, sostuvo públicamente en Facebook que el oculista abusó de ella en 1997.
En ese sentido, Salica aclaró que por el momento son solo casos que están en las redes sociales y hasta que no haya denuncias formales, no puede mover un dedo. El Código Penal le prohíbe actuar de oficio por tratarse de delitos del ámbito privado pero confía en que a partir de las ocho víctimas iniciales habrá otras que tomen la misma actitud.
Ayer, el abogado defensor del acusado, Marcelo Fernández, pidió la la eximición de prisión con el argumento de que hay “riesgo vital” si permanece detenido. Es que según dijo el letrado, Kerman es una persona mayor de edad, con una serie de patologías preexistentes. Por ejemplo sufrió recientemente un ACV que dejó secuelas y además es hipertenso.
Hoy viernes se llevará a cabo una audiencia en la que se definirá su situación. Salica espera el resultado de informes psicológicos del acusado, aunque tiene 72 horas para recolectar pruebas. “Vamos a pedir la prisión preventiva”, adelantó la fiscal.
(Fuente: Infobae)