El venidero lunes 3 de septiembre se efectuará en el Honorable Concejo Deliberante de Castelli, una Sesión Especial, mediante la cual podría quedar destituido el Concejal Martín Céspedes.
El Cuerpo Deliberativo a través de un comunicado informó que “en el marco de lo establecido en el artículo 250 de la Ley Orgánica de las Municipalidades se le comunica a los vecinos que el Concejo Deliberante de Castelli realizará Sesión Especial con el objeto de continuar con el procedimiento de los artículos 250, 254 y 255 de la mencionada Ley respecto de la responsabilidad del Concejal Céspedes.
La Sesión Especial se realizará el día 3 de septiembre en el recinto del HCD sito en Falucho 115 a las 20 hs”.
Anteriormente el Concejo Deliberante había decidido tras una larga investigación, considerar que Martín Céspedes, edil de la UCR local e integrante de Cambiemos, incurrió en una serie de “faltas graves” que ameritarían su destitución del cuerpo.
Las dos terceras partes Concejo analizaron dos “conductas” de Céspedes.
La primera tiene que ver con una denuncia por comprar durmientes presuntamente robados del ferrocarril, durante el recambio de esos materiales que se produjo en la gestión de Florencio Randazzo.
Hubo una denuncia penal al respecto y hasta un allanamiento en la propiedad del concejal, con resultados positivos. Céspedes adujo que no sabía la procedencia de los durmientes, pero el Concejo consideró que, como funcionario público, no podía desconocerlo.
Además, se lo acusa de haber gestionado obras viales ante la Provincia que lo benefician directamente. De acuerdo a fuentes locales consultadas por este medio, se trata de los puentes Linch y Cortejarena, dos conexiones poco transitadas, pero que están ubicadas cerca de propiedad de la familia de Céspedes.
Estas presuntas irregularidades motivaron a dos ex intendentes de la ciudad, el radical Ricardo Riva y el peronista Ricardo Oroño, a hacer una presentación en el Concejo Deliberante para pedir su destitución, que está en trámite.
En Cambiemos, la destitución de Céspedes es un verdadero dolor de cabeza, que emparenta al oficialismo con las denuncias de corrupción K.
Pero en la UCR cae todavía peor: es que, de ser destituido, el edil radical le terminaría regalando una banca al PRO, puesto que en su lugar debería asumir José Luis Iriarte, jefe de Anses local.
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